Algunos de los integrantes que cimentaron el gran pasado del Compos: Fredi Leis, Castro Santos, Fabiano, Nacho... | Fuente: SD Compostela
Algunos de los integrantes que cimentaron el gran pasado del Compos: Fredi Leis, Castro Santos, Fabiano, Nacho… | Fuente: SD Compostela
LUCAS MÉNDEZ VEIGA

@LMendez8

Hay clubes que permanecen en el imaginario futbolístico por sus grandes gestas. Otros, sin embargo, permanecen en nuestra memoria por acompañarnos y estar presentes en algunas fases de nuestra vida. Hay equipos de leyenda que jamás olvidarás. Este es su espacio.

El sueño del Compos en Primera puso en el mapa futbolístico a Santiago de Compostela. Hizo grande a un club que jamás había soñado con esas cotas, elevó la fama de un técnico como Castro Santos y consagró carreras de muchos futbolistas. La mayoría de ellos decidieron pasar gran parte de su carrera en la esedé. Se convirtió en su casa.

Tras ir repasando todos los entresijos del club con Ramón Castro, las consecuencias de la mala gestión económica en los últimos años de 1ª y contar con la visión del artífice de aquella gesta —Castro Santos— decidimos contactar con algunos de los jugadores que vivieron aquel sueño en sus propias carnes, desde el césped. El ambiente familiar del que nos habló Castro Santos en la entrevista que le realizamos, supuso que muchos jugadores decidiesen apostar por un club humilde como el Compos. Ese fue el caso de Nacho, Fabiano, Lekumberri y Bellido.

José Ignacio Fernández Palacios (Foz, 1967), más conocido como Nacho, fue uno de los jugadores más carismáticos de aquella SD. Llegado del RC Celta en la 92-93, el lateral izquierdo pronto se hizo con un puesto de titular y se convirtió en un símbolo para la afición picheleira.

Fabiano Soares Pessoa (Rio de Janeiro, 1966) fue el cerebro sobre el césped de aquella SD. Dotado con una calidad técnica envidiable, todos los entrevistados acerca de aquel equipo coinciden en que era uno de los jugadores más talentosos del conjunto, el que marcaba las diferencias. Llegado también desde Vigo junto a Nacho, se quedó enamorado de la ciudad hasta el punto de permanecer hasta el descenso a 2ªB en 2003. Más tarde volvería al club para entrenarlo en dicha categoría.

Ángel Lekumberri García (Pamplona, 1970) fue uno de los fichajes del Compos de Primera División. Después de pasar por la cantera de Lezama, el centrocampista navarro supuso un salto de calidad para el club compostelano. Estuvo en todas las campañas del equipo en la élite, disputando un gran número de partidos y convirtiéndose en uno de los grandes estandartes del conjunto santiagués.

Javier Bellido Plaza (Bilbao, 1966) fue el primero de los entrevistados en llegar a aquel Compostela que acabaría en 1ª División. Central aguerrido, se convirtió en un fijo en todos los planteles del conjunto santiagués, tanto en la élite como en Segunda. Finalizó su etapa con la zamarra albiceleste con el descenso a 2ªB para después pasar a ser director de la cantera de la SD.

La nostalgia de un gran proyecto

Rememorar aquel Compostela supone para nuestros protagonistas un ejercicio de nostalgia complicado. Para todos ellos, Compostela supuso el paso definitivo en sus carreras, sumado a una bonita experiencia como fue crecer con un proyecto que sintieron casi como suyo. Se desarrolló de tal forma que todos, de un modo u otro, acabaron asentándose en Compostela al finalizar sus carreras futbolísticas o siguiendo al conjunto compostelano desde la distancia, como es el caso de Lekumberri.

Sin embargo, las llegadas de cada uno al conjunto se fueron sucediendo. El primero de todos, como ya comentamos, fue Javier Bellido. El central bilbaíno fichó por el equipo en el 91, dos años después de la llegada de Castro Santos al plantel. La continuidad que dio el entrenador pontevedrés al proyecto en el que fue piedra angular es la clave de todos los éxitos para Bellido: «Dejaron trabajar, dejaron forgar un equipo con jugadores que ya estaban y fueron trayendo jugadores para formar un bloque que no se rompía cada temporada«, explica. Poco a poco, con escasos fichajes pero dando en la tecla, el equipo conseguía ir subiendo peldaños. Cada vez se iba creciendo desde la disciplina y el trabajo, hasta el punto de «cocinar» el ascenso a Primera en los años de tránsito en Segunda. «De los dos primeros años, incluso estando a punto de bajar a 2ªB, se sacan unas conclusiones claves para que el equipo ascendiese el tercer año. Nunca se deshizo nada de forma drástica y conseguimos ese sueño», concluye Bellido.

Para ese plantel que logra el ascenso a 1ª llega Nacho como uno de los refuerzos de lujo. Dos años antes del hito de Oviedo, el lateral aterrizaba en el conjunto que Castro Santos había armado en Segunda. «Creo que el equipo tenía mucha calidad, sobraba para las categorías que jugaba. En Segunda se hizo un bloque competitivo con jugadores de mucho nivel, un buen grupo y un entrenador que unía mucho al equipo y que realmente creo que es la persona que se tiene que poner por encima de todos nosotros», dice en relación a Fernando Castro. También aterriza ese año otro refuerzo de relumbrón para el Compos, Fabiano Soares, un mediocentro brasileño que abandonaba Vigo después de «un enfado con un directivo a la hora de la renovación del contrato».

Con el técnico pontevedrés se logra el sueño del ascenso a 1ª División, la mayor hazaña en la historia de la SD. Sin embargo, tras conseguir el ascenso y conseguir el primer año la salvación en la élite, Castro decide marcharse. Llega en su lugar otro técnico gallego como Fernando Vázquez, con el que se consigue hacer buenas campañas. En la primera del técnico de Castrofeito incluso marchaban segundos en la tabla al finalizar la primera vuelta: «El equipo dio un nivel altísimo en cuanto a concentración y nivel de juego. Son cosas que piensas y no crees. Éramos un equipo compacto que daba gusto verlo jugar. Fue una pena la segunda vuelta, pudo haber sido una temporada histórica para el Compostela», afirma Nacho.

Sobre esto último también hablamos con Ángel Lekumberri, uno de los fichajes del equipo en su llegada a Primera División. Para el mediocentro, la llegada de Vázquez son su método de trabajo y sus conceptos defensivos supuso la clave de la buena campaña en el 94: «Se dio el cambio de entrenador, un novato en la categoría como Fernando Vázquez, que viene sin embargo con las ideas defensivas claras a nivel de mentalidad y método de trabajo. Fue importante empezar bien pero no le dimos demasiada importancia [al subcampeonato de invierno]. Queríamos sumar cuanto antes para que no sucediese como en la primera campaña en Primera División», sentencia.

La SD Compostela de la mano de Castro Santos logró el ascenso. Con Fernando Vázquez sería campeón de invierno en 1ª | Fuente: SD Compostela
La SD Compostela de la mano de Castro Santos logró el ascenso. Con Fernando Vázquez sería campeón de invierno en 1ª | Fuente: SD Compostela

A nivel de influencia de los técnicos en aquel proyecto, es Nacho el que no duda en destacar a largo de nuestra conversación a Fernando Castro Santos como «el cerebro de todo aquello». «Un hombre muy trabajador, implicado, vivía para esto. Hablo por experiencia propia pero me colocó y me puso las cosas claras. Le guardo un recuerdo grande, aquí fue la figura principal de este proyecto».

En lo tocante a Vázquez, el ex lateral cree que supo aprovechar la influencia y el bloque armado por su predecesor pero vuelve a incidir «Santos, a título personal, tuvo mucho más que ver en mi desarrollo futbolístico», concluye. Mientras, Fabiano a título personal decide repartir más los méritos: «La verdad es que les tengo una profunda admiración a los dos. Santos me hizo más competitivo y Vázquez me hizo ver el fútbol de otra manera. Son personas maravillosas y muy importantes en mi carrera», añade el brasileño.

La gestión de los descensos

Una vez vinieron mal dadas, el club pasó por las graves circunstancias que ya hemos ido comentando en todas las piezas de este serial sobre el Compos. Nuestros protagonistas vivieron in situ como el equipo no era capaz de gestionar la realidad que le tocaba vivir. En este sentido, todos llegan a la misma conclusión: no se supo digerir el éxito ni gestionar las caídas.

Para Nacho, el bloque de jugadores continuó siendo el mismo incluso al bajar y las claves fueron otras: «El recambio no fue cuestión nuestra, sino de las malas planificaciones. Fue una pena que la gente que mandaba en el club no supiera digerir el éxito y supiera mandar. Pasamos de ser un equipo importante en Galicia a ser uno más, y eso duele«, sentencia el hoy entrenador del Negreira.

Para Lekumberri el Compos había hecho méritos para seguir en Primera: «Hablar de justicia en el fútbol es un poco traicionero porque tienes muchas jornadas para lograrlo. Al final, como todo en el deporte, hay que ganárselo. La exigencia era volver a subir, lo ves continuamente, se exige subir y cuesta adaptarte. Cuando te das cuenta llegas tarde, no asciendes y ahí empiezan las debacles. Económicamente la Segunda es menos rentable y un equipo como el Compos lo pasa mal si no consigues ascender el primer año». En ese sentido la afición dejó de acudir paulatinamente a San Lázaro y las campañas se hicieron más cuesta arriba: «Ya no puedes firmar los jugadores de Primera División y poco a poco se va desmantelando un club. Ahí es donde los que dirigen tienen que tener los pies en el suelo y ser un poco consecuentes con lo que tienen en sus manos», añade el pamplonés.

Para Bellido, un hombre que ha seguido ligado a la actualidad del club, la deriva fue la misma debido a las malas planificaciones. Se decidió cambiar el modelo de gestión y de fichajes y el dinero en caja pasó a ser menos con los consecuentes descensos. «Cuando nadas en la abundancia tienes tendencia a tirar un poco. Los clubes en el futbol no ganan dinero, equipos que tengan superávit son pocos. Te intentas exigir estar arriba, inviertes más en planificaciones, el mercado es caro, intentas comprar jugadores y al final es muy difícil acertar siempre. Se cambió la línea de planificación, y se apostó más por otros perfiles que luego no dieron el mismo resultado«, sentencia el central bilbaíno.

Un vestuario unido, clave del éxito

A lo largo de todas las conversaciones que tuvimos para realizar los diversos reportajes sobre el club, todo el mundo incidió en la palabra bloquecomo la clave de aquel equipo histórico. Desde dentro del vestuario, las sensaciones son las mismas con algún pequeño matiz. Para Bellido era una labor de conjunto: «Éramos un bloque. No invento nada si digo que Fabiano, Nacho, Penev u Ohen fueron jugadores muy importantes pero lo cierto es que había muchos jugadores y todos importantes en su puesto«. En el mismo sentido se expresan Fabiano y Lekumberri, destacando la unión del vestuario y el papel individual de cada jugador. «Al final cada uno en su puesto marcaba las diferencias. Todo brillaba más en el aspecto ofensivo y Fabiano era uno de los mejores pasadores de la liga. Después tuvimos delanteros como Ohen o Christensen que hacían que el equipo arriba marcase la diferencia», afirma Lekumberri. «La diferencia que hacíamos contra la calidad de los demás clubes era la amistad que teníamos entre nosotros y eso en el campo, se notaba mucho. Nos sacrificábamos uno por el otro. Sobre el talento, sería injusto nombrar uno y dejar sin nombrar a otro», añade Fabiano.

La diferencia que hacíamos contra la calidad de los demás clubes era la amistad que teníamos entre nosotros y eso en el campo, se notaba mucho. Nos sacrificábamos el uno por el otro – Fabiano

Más allá va Nacho, un hombre bregador al que siempre le llamó la atención la magia que generaba Fabiano sobre el terreno de juego. «Hubo un jugador que estaba muy por encima del resto, como era Fabiano a nivel de calidad. Ohen también podría estar ahí. Lo cierto es que había grandes futbolistas pero cualquiera de estos dos podrían haber jugado en cualquier conjunto de Primera. Fabiano hacía jugar al equipo y fue un regalo que vivieron en Santiago«, concluye.

Derivada de la anterior clave, la unión del vestuario y de un club modesto, viene dada esta aquí expuesta. El Compos de esa época se caracterizó el trato cercano y la seriedad en los pagos a jugadores que hizo que muchos de ellos notasen un apego especial por el proyecto y la ciudad. «Tengo 2 hijos que siguen viviendo en Santiago, incluso uno nació ahí. Viví momentos muy buenos profesionalmente y me sentí siempre en casa ya que me acogieron fantásticamente bien. El Compostela me abrió las puertas y al llegar a Santiago, me dio todas las facilidades del mundo para triunfar y ayudar al club a crecer», afirma Fabiano.

Lo mismo comenta Lekumberri, para quien el Compos supuso la confirmación en su carrera ya que le permitió jugar en la élite: «El Compos fue mi mejor etapa, donde mas valorado me he sentido. Fue donde mejores años rendí y la gente también estaba contenta conmigo y es lo que te marca». Nacho y Bellido siguen en la actualidad de una forma u otra ligados al club. El lateral continúa acudiendo al estadio cada fin de semana como socio mientras que Bellido era, hasta esta campaña, el coordinador de la cantera del club santiagués.

Fabiano hacía jugar al equipo y fue un regalo que vivieron en Santiago. Estaba por encima del resto – Nacho

Hablamos de un club importante en los años noventa que consiguió una de las mayores machadas del fútbol moderno. Para todos sus integrantes, de forma directa o indirecta, la esedé fue una parte importante de sus vidas. Hasta aquí ha llegado el capítulo de ‘Equipos de Leyenda’ dedicado a uno de los clubes con mayor importancia de todo el fútbol gallego.

Hasta aquí la Sociedad Deportiva Compostela de 1ª División.

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Este es el tercer y último capítulo de nuestro serial dedicado a la Sociedad Deportiva Compostela. Hemos profundizado en su historia y hemos podido hablar con el que hizo posible aquella gesta, Castro Santos. Agradecemos la colaboración y las facilidades de los protagonistas de aquel equipo que aparecen en el reportaje —Nacho, Lekumberri, Fabiano y Bellido— así como también a José Andrés.
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