Dani Cancela celebra un gol con el Kitchee | Fuente: @Kitcheeofficial
CARLOS RODRÍGUEZ LÓPEZ
Dani Cancela (A Coruña, 1981) vio como su vida daba un giro de 180 grados al fichar por el Kitchee SC de Hong-Kong hace casi ocho años. Lo que comenzó como una aventura en la que el fútbol era “el camino, pero no el objetivo final”, terminó por convertirse en un período plagado de oportunidades y agradables sorpresas sobre el césped, como la de marcar un gol al Arsenal o disputar la clasificación de la Copa Asia con la selección nacional de Hong-Kong, algo difícil de imaginar cuando jugaba en la 2ºB española.
Año 2010, acabas contrato con el Lugo y antes de aceptar la oferta del Kitchee pruebas en un equipo de Suecia. ¿Por qué descartaste la opción sueca?
En Suecia estuve dos semanas y la verdad es que me gustó mucho todo. En aquel momento era un equipo pequeño pero luego creció. Lo que pasa es que por motivos de mi edad y por ser un equipo que compraba para luego vender y que yo en aquel momento tenía ya 27 años, no podían hacerme una oferta muy buena. Lo que me ofrecían no era suficiente para el nivel de vida de Suecia, entonces decidimos no aceptarla.
¿Qué fue lo primero que pensaste al recibir la oferta del Kitchee?
Me acordaré siempre porque el día que volví al aeropuerto de A Coruña [desde Suecia] era el día de la final del Mundial que ganó España. Y ese día, al poco rato de aterrizar, me llamó una persona para decirme que había una oferta de Hong Kong. Yo conocía al equipo porque en un programa de ESPAÑOLES POR EL MUNDO habían salido el entrenador y varios jugadores, y justo en aquel momento mi mujer y yo dijimos “¿te imaginas estar allí?”; así que, cuando nos llamaron, dijimos que sí. Lo que nos habíamos imaginado viendo la tele se había hecho realidad.
Entiendo que tardaste poco en tomar la decisión…
Sí. El entrenador quería verme para hablar conmigo y cogí un vuelo a Barcelona. Yo en ese momento pensaba que quería conocerme un poco más para ver si me firmaba, pero en realidad lo que quería era explicarme muchas de las cosas “no buenas” de Hong Kong para ver si una vez supiera todo todavía quería firmar. Llevábamos la mente abierta para ver todo tipo de cosas -que luego vimos-. Cuando terminó la conversación con el entrenador le dije que seguía interesado y firmamos el contrato.
Además de futbolista, eres periodista y licenciado en Derecho, ¿el hecho de tener esos estudios que pueden llevar a unas salidas ajenas al fútbol son un colchón a la hora de tomar una decisión como la de fichar por un club extranjero?
En realidad cuando tomamos la decisión de irnos a Hong Kong, el fútbol era la vía o el camino, pero no el objetivo final. Cuando terminé de jugar en el Lugo en 2ªB no esperaba vivir del fútbol mucho más. Luego la verdad que las cosas fueron cambiando y en Asia pude vivir del fútbol mejor que en ningún otro sitio antes. Pero si es verdad que cuando nos fuimos allí buscábamos conocer otras culturas, otro idioma, vivir otra experiencia que nos pudiera abrir puertas a nivel profesional fuera del fútbol. Digamos que el fútbol era lo que nos permitía establecernos en una ciudad que es tremendamente cara si no te proporcionan una vivienda, y a partir de ahí, estamos en el centro neurálgico del negocio de Asia, entonces era interesante en todos los aspectos.
“En la prensa de Hong-Kong el fútbol ni siquiera es el deporte principal;en caso de serlo, primero va la Premier, después LaLiga y luego la liga de Hong Kong”
¿Qué fue lo que más te sorprendió al llegar allí respecto a la forma de vida?
No lo sé, la verdad me cuesta recordarlo porque íbamos con una mente tan abierta que no había muchas cosas que nos sorprendieran. Puede que la cantidad de gente que había en esa ciudad, yo nunca había visto tanta gente junta, a cada paso de cebra le sacábamos fotos porque eran como miles de personas cruzando a la vez. Luego todos los patos y los pollos colgados boca abajo en todos los restaurantes en la calle, con una luz roja alumbrando. Es cierto que cada día vas descubriendo cosas, pero en general nada que nos hiciera llevarnos las manos a la cabeza, disfrutamos mucho de cada cosa que íbamos conociendo.
Y en términos futbolísticos, ¿hubo algo que te sorprendiera especialmente al llegar?
A las pocas semanas me pasó algo que demuestra las diferencias entre el fútbol de Hong Kong y el fútbol de aquí [España]. Yo estoy acostumbrado a entrenar y a enfadarme en los entrenamientos, a gritar a los compañeros, a que me griten, a recriminar si algo está mal… pero bueno, sin más. Un día estábamos entrenando y había un chico que no había hecho las cosas bien y yo le grité que no lo estaba haciendo bien. Al día siguiente, vino el entrenador y me dijo: “mira, tienes que relajarte, no puedes hablar así a los jugadores porque si no se ponen nerviosos y no son capaces de jugar. Vinieron a quejarse porque gritabas mucho”. Aquello me sorprendió mucho, era como que el fútbol allí era una cosa más de niños, no eran profesionales como a los que nosotros estamos acostumbrados. Pero las cosas en el equipo han evolucionado mucho, acabamos de fichar a [Mohamed] Sissoko, teníamos a Forlán el año pasado, tenemos a Krisztian Vadócz que juega en la selección de Hungría, gente que jugó dos mundiales… es decir, ahora es otro mundo completamente distinto a cuando llegué. Cuando yo llegué era muy amateur. Nosotros teníamos que entrenar en campos que eran públicos, en parques públicos. Tú vas a entrenar y tienes una hora reservada, imagina que de doce a una. Pues a la una menos cuarto la persona encargada del parque entraba en el campo aunque tú estuvieras entrenando, soplaba un silbato y tenías que marcharte aunque no hubieses terminado el entrenamiento. Igual eran cuatro niños que iban a jugar al parque o cuatro señores mayores que iban a jugar la pachanga del fin de semana, pero tenían el mismo derecho que tiene para entrenar un equipo profesional de primera división del país. Eso es algo que aquí no pasa.

¿Notas un crecimiento paralelo del fútbol en el resto de Hong-Kong o lo de tu equipo es un caso aislado?
En Hong Kong el fútbol también ha crecido en todo este tiempo. Ahora hay varios equipos que tienen jugadores de nivel. Y en Asia, en términos más generales, también. Hay que diferenciar dos peldaños: el peldaño superior, con un fútbol muy evolucionado, en el que podemos hablar de China, Japón y Corea; y un peldaño inferior donde podemos encontrar a Malasia, Tailandia e Indonesia. En este escalón, el fútbol más desarrollado es el tailandés, que a nivel de competición, de derechos televisivos y de afición es espectacular. Lo que pasa es que el nivel de los jugadores locales, sobre todo el nivel táctico es muy pobre todavía, no entienden el fútbol como lo podemos entender nosotros en Europa. Técnicamente pueden ser buenos, pero las carencias tácticas los hacen muy vulnerables. Por eso los extranjeros marcan tanto la diferencia, por su conocimiento táctico.
¿Es esa falta de nivel táctico la principal diferencia respecto al fútbol europeo?
Sin duda, la falta de rigor táctico y de conocimiento del juego. En regate, en velocidad o en transiciones son muy buenos, pero en la toma de decisiones la mayor parte de las veces cometen errores.
A finales de 2017 debutaste con la selección de Hong-Kong, algo bastante llamativo desde fuera ¿Fue una sorpresa recibir esa llamada o sabías que la selección estaba esperando a que cumplieras los siete años necesarios para poder solicitar el pasaporte?
Yo lo sabía porque la federación me escribió una carta y apuró muchísimo los plazos para que tanto yo como los otros dos chicos españoles que estamos en el Kitchee pudiésemos tener el pasaporte antes de la fecha FIFA de Octubre, con lo cual, no es que lo tuviera garantizado 100% hasta que salió la convocatoria, pero dado que habían hecho un esfuerzo grande para apurar los plazos para poder estar disponibles, pues lo lógico es que nos llamaran. No fue realmente una sorpresa, fue un momento de alegría que siempre recordaré con mucha ilusión, pero esperado en cierta manera.
“En la selección somos 6 o 7 nacionalizados. Si ganamos todo va bien, pero en el momento en el que pierdes lo primero que hacen es culparnos a los extranjeros”
¿Cómo acoge la afición ese tipo de prácticas?
Bueno… no con unanimidad. Hay gente que piensa que la selección debe ser de jugadores locales o que puede haber alguna excepción, pero no la norma. Por ejemplo, nosotros jugamos partidos en los que somos seis o siete nacionalizados en el equipo, y eso si ganas pues está todo muy bien pero en el momento en el que pierdes lo primero que hacen es culpar a los extranjeros porque dicen “bueno, pues para perder pierdo con los míos”. Cuando jugamos los dos primeros partidos estábamos en medio de una fase de clasificación muy importante y la verdad es que fue muy bien, ganamos a Laos y a Malasia y la gente quedó muy satisfecha con nuestro trabajo, entonces en ese sentido tuvimos una buena acogida. También hay que tener en cuenta que llevamos ocho años allí, por lo que la gente ya nos conoce y no es tanta sorpresa, entonces nos van aceptando.
Con la selección jugaste un partido en Pyonyang. En tus redes sociales manifestaste tu asombro al conocer Corea del Norte , ¿Qué fue lo que más te sorprendió de ese país?
De eso podría estar hablando diez horas y todo serían sorpresas. Desde que solo haya dos vuelos a la semana a Pyongyang, que te revisen todo cuando llegas, que vas escoltado en el trayecto del aeropuerto a la ciudad y no ves nada, no te dejan tener ningún tipo de contacto con la gente, que en el estadio todo el público está milimétricamente ordenado y cuando les dicen que se tienen que marchar se van, que solo animan cuando les mandan… una experiencia. La ciudad es increíble, es enorme, pero no hay gente en ningún lado, parece una ciudad fantasma.
Está muy de moda eso de hablar del mercado asiático a la hora de fijar los horarios de torneos como LaLiga o la Premier League, ¿es tan masivo el seguimiento del fútbol europeo como para que se tenga tanto en cuenta a Asia a la hora de programar los horarios?
La Premier en Asia es una auténtica locura. Los eventos que se organizan en Tailandia, Malasia o Hong Kong con la Premier son brutales. Sus horarios son muy buenos para nosotros porque empiezan allí [en Hong Kong] a las siete, a las nueve y a las once, entonces está muy bien. En la franja de Asia hay más gente que en todo el resto del planeta, y encima gente a la que gusta mucho el fútbol, por lo que es normal que los esfuerzos vayan encaminados a esas zonas. LaLiga lo está intentando. Es un mercado que sí que hay que explotar, lo que no sé es a qué precio, pero tampoco me parece tan mal que haya partidos aquí [España] a las cuatro de la tarde o incluso a la una. Estamos acostumbrados en categorías inferiores a ver partidos en esos horarios entonces tampoco creo que sea tanta locura pensar en adaptar los horarios de Primera División.
¿Dar tanto protagonismo a las ligas extranjeras no hace que los aficionados locales menosprecien sus campeonatos nacionales?

Yo creo que son dos públicos diferentes. El que ve la liga local es un público distinto al que sigue el fútbol internacional. En Hong Kong,por ejemplo, la liga local no tiene tantísimo seguimiento y en calidad tampoco podemos competir con la Premier. Además, los partidos en Hong Kong son a otras horas por lo que tampoco compiten en horarios con los partidos de Inglaterra. Nosotros casi todos los años jugamos contra un equipo de Premier y en esos partidos llenamos el estadio. Eso es bueno porque la gente en Hong Kong ve a un equipo de la Premier pero también ve a un equipo local competir y de ahí pueden salir futuros aficionados a tu liga, así que yo creo que es algo que se retroalimenta.
Jugar esos partidos ante los grandes de la Premier es algo que en España es mucho más complicado a menos que estés en un equipo de primerísimo nivel. Teniendo en cuenta alicientes como el de disputar ese tipo de encuentros, supongo que recomendarías a cualquier jugador en una situación similar a la tuya en 2010 dar ese salto…
Si, desde luego, lo que pasa es que cada vez es más difícil. Cada vez es más complicado porque cada año exigen currículums mayores y cada vez jugadores de más nivel están dispuestos a salir, mientras que antes en España era muy difícil que jugadores que estuvieran en de la zona de confort -que es la primera y la segunda división- quisieran salir. Lo recomendaría, pero hay que tener cuidado, información y suerte. Yo tuve la suerte de caer en el equipo que caí y de que éste creciera como lo hizo, pero no toda la gente que salió vivió lo mismo. Por eso soy un privilegiado dentro de la gente que vino a Hong Kong. Además, también hay gente a la que no le fue bien, aunque son la menor parte de los casos. Salir te da la oportunidad de jugar un fútbol de primer nivel que no jugarías en España y además vives experiencias inolvidables.
Teniendo en cuenta que en uno de esos partidos marcaste un gol al Arsenal, que has compartido equipo con Forlán, debutado con la selección de Hong Kong, conseguido varios títulos con el Kitchee… ¿Con qué momento de tu carrera en tierras asiáticas te quedarías?
[Risas] Es difícil eh… El del gol al Arsenal porque se lo pude dedicar a mi hijo que estaba a punto de nacer y fue un día muy especial. El último partido de liga del año pasado, que era contra el primero y nosotros llegábamos de estar segundos todo el año y al ganarles a ellos ganamos la liga, fue un día muy especial. También este año el partido de Champions que ganamos contra el Kashiwa en casa fue un partido muy especial. Creo que esos y el de Malasia con la selección fueron los momentos más importantes desde que estoy allí.
¿Cuáles son tus planes a corto plazo?
Yo tengo un año más de contrato, esa es la realidad… y va a ser el último. De hecho, mi familia ya se queda aquí, con lo cual este año va a ser muy complicado para mí. Es posible que incluso intente rescindir en diciembre y volver para España. Cuando vuelva intentaré jugar por aquí en Tercera División o Segunda B si hay alguna posibilidad, además de hacer otro tipo de proyectos. El sueño de Hong Kong se acaba a este año.
En ese futuro, ¿ves algún hueco para el Derecho y el Periodismo?
Trataré de vincular algo de lo que estudié con mi pasión. Buscaré estar en contacto con el fútbol a través del derecho. Desde el periodismo también me gustaría pero sé que es muy complicado, entonces la idea principal es hacerlo desde del derecho y a partir de ahí tratar de hacer algún tipo de colaboraciones en medios que me permitan disfrutar del periodismo.
Por último, siguiendo con el tema periodístico, ¿existe una gran diferencia entre la relevancia que se da en Hong-Kong al fútbol en los medios de comunicación con respecto a la que se le da en España?
Sí, en Hong Kong el fútbol no tiene tanta relevancia. No tiene tanto seguimiento ni tanta importancia, y la vida del futbolista fuera del campo menos todavía. Es cierto que cuando hay partidos importantes hay un seguimiento, pero en la prensa el fútbol ni siquiera es el deporte principal; y en caso de serlo, primero va la Premier, después LaLiga y luego la Liga de Hong Kong.