CARLOS RIANDE CORTIZO
El Tyne-Wear derby es otro de tantos partidos históricos. En enero de 2019, el Stadium of Light acogió un partido que hizo reventar esa rivalidad inglesa. En el campo del Sunderland se enfrentó el clásico equipo del este de las islas frente a su eterno rival… solo que contra el filial de su eterno rival, los sub-21 del Newcastle United. Fue en los octavos de final de la English Football League Trophy, más conocida como el Checkatrade Trophy.
Una rivalidad geográfica
El condado metropolitano de Tyne-Wear está situado en la región nordeste de Inglaterra. Sunderland y Newcastle upon Tyne son los núcleos más importantes de la zona, con aproximadamente doscientos mil habitantes cada una. Entre ellas, solo diez kilómetros y, por supuesto, sus clubes son rivales declarados desde finales del siglo XIX.
Debido a esta cercanía y, sin robar un ápice de la bendita locura del aficionado inglés, puede entenderse la presencia de alrededor de 3.000 simpatizantes de las urracas a golpe de martes a las 21.00 horas en territorio enemigo.Aprovechando la circunstancia de ir a apoyar a sus muchachos, el espectador del Newcastle sabía que iba a pasárselo bien riéndose de la situación actual del Sunderland.
Mientras el equipo del Newcastle está en la Premier League, los aficionados del Sunderland deben conformarse con ver a los suyos, cada fin de semana, en la tercera división inglesa. Dos descensos en dos años son prueba de la dura realidad de este histórico equipo inglés.
Entre risas de unos y responsabilidad de otros se disputó el partido de fútbol. El encuentro fue posible gracias al formato del Checkatrade Trophy, torneo que juegan los clubes de League One, League Two y los filiales de categoría Premier League. De este modo, los sub-21 del Newcastle tuvieron la oportunidad de enfretarse, según su cuenta de Twitter, al “League One Sunderland”.
El ambiente no dejaba lugar a dudas. En la actualidad, en la mochila del Sunderland sólo tienen cabida las losas más pesadas. Responsabilidad total por no hacer un ridículo y caer eliminados frente al filial de su eterno rival.En el lado opuesto, unos muchachos disputarían un partido donde su inexperiencia era mayor que la tensión y el morbo de entrar con letras doradas en los libros de historia del Newcastle.
Sunderland en las pantallas
El marcador no se movió al descanso y la grada visitante dedicaba un cántico muy especial a la gente de Sunderland: «We saw you crying on Netflix» (Te vimos llorando en Netflix). The Black Cats cuentan con una serie documental, de gran repercusión recientemente, que ha puesto todavía algo más en el punto de mira a este encuentro.
A pesar de todo, la lógica terminó por imponerse para la alegría y alivio del público local. Un contundente 4-0 final que, aunque es lo de menos, se traduce en la clasificación para los cuartos de final. Lo importante, pensarían, es que hubo mucho que perder y poco que ganar.