Este artículo puede contener alguna incorrección temporal ya que fue publicado en 2019
DAVID FERREIRO PÉREZ
La experiencia en la vida siempre es un grado. Y en el fútbol no es diferente. Andrés Guardado, bien entrado en los 30, sigue disfrutando de lo que puede ser uno de los mejores momentos de su carrera.
Reconvertido a mediocentro, el ‘18’ verdiblanco es uno de los jugadores clave a la hora de entender el buen rendimiento del equipo sevillano.
Cuestión de veteranía
En España, sin ir más lejos, tenemos casos de goleadores como Aritz Aduriz, Jorge Molina o Rubén Castro, que desataron todo su nivel al pasar la treintena. Nuestro protagonista de hoy ocupa una posición diferente, la de mediocentro en uno de los equipos más atractivos de ver desde hace una temporada y media; el Real Betis.
Fue Quique Setién quien le encontró acomodo en la zona de control. Bajo la batuta del cántabro, el equipo andaluz cosechó más éxitos que fracasos, al mismo tiempo que desplegaba una idea de juego atractiva para todos aquellos que adoran el fútbol ofensivo con balón. Setién, que ya destacó por sus labores en Lugo y Las Palmas, supo reestructurar al equipo verdiblanco e implantarles una idea de juego atractiva.
Sin duda, un entrenador no es nada sin sus jugadores, y uno de los más importantes desde que Setién aterrizara en el Benito Villamarín fue Andrés Guardado.
El mexicano ha demostrado que la edad es solo un número. Conocido ampliamente en LaLiga tras su paso por las filas del Deportivo de la Coruña y del Valencia, ‘El Principito’ es ahora un jugador diferente.
Lejos de aquel rápido y hábil jugador de banda, que acostumbraba a desempeñarse como interior o lateral, el tapatío se ha reconvertido en un mediocentro de gran visión de juego, buen pase y una inteligencia y entendimiento del juego que ha ido madurando durante su amplia carrera.
Clave en sus equipos
Tras dejar España, Guardado probó fortuna en la Bundesliga llegando al Bayer Leverkusen, en el que no tuvo la participación deseada. Tras esta fallida aventura por Alemania, el natural de Guadalajara se enroló en las filas del PSV Eindhoven, equipo que le vino como anillo al dedo. Durante sus años en Holanda, Guardado supo como reciclarse como jugador y fue retrasando su posición hasta convertirse en lo que es hoy: un director de orquesta.
Con los años, Guardado fue ganando en cuanto a importancia y liderazgo en el equipo de Philips, hasta hacerse convertirse en uno de los capitanes de la escuadra holandesa, mismo puesto que ocupa en el equipo andaluz, y eso pese a llevar poco más de temporada y media en el equipo.
Su sacrificio, liderazgo y su saber estar es un gran ejemplo para los jóvenes del equipo, especialmente para su compatriota Diego Lainez, motivo por el cual Setién confió en él para liderar a su equipo.
El timón del Betis
El cántabro supo exprimir al máximo la clase y la inteligencia que siempre ha tenido Andrés Guardado, cualidades que lleva demostrando desde su debut en Liga MX con el Atlas de Guadalajara, el equipo de su corazón. Los años le han aportado un plus de calma y de visión, de saber estar, que sigue demostrando cada fin de semana en el estadio verdiblanco.
El cambio posicional también le ha venido bien físicamente. Con menos velocidad que cuando gambeteaba la banda izquierda con su largo cabello rizado, el juego del mexicano ahora pasa por el temple, la calma y el saber estar.
En un equipo como el Betis, Guardado representa a la perfección el espejo profesional en el que cualquier jugador debe mirarse, más aún si hablamos de su selección, que actualmente se encuentra en un periodo de transición.
Selección en la que, además, es el capitán. Con 151 internacionalidades, ‘El Principito’ está a un solo escalón de hacer historia y convertirse en el jugador mexicano con más participaciones en toda la historia, puesto que ocupa en la actualidad Claudio Suárez, con 177 encuentros disputados.
Pieza fundamental con todos sus entrenadores, está por ver si Gerardo ‘el Tata’ Martino cuenta con él para el futuro. Incluso podría igualar a otra leyenda mexicana como lo es Ráfa Márquez en caso de jugar el Mundial de Catar 2022. Un objetivo quizás complicado dada su edad, pero que tampoco se ha de descartar.