CARLOS RODRÍGUEZ

@Carlosrlop

Este verano me estoy dando cuenta de muchas cosas. La primera es que soy muy malo para los nombres. Lo supe una mañana que el calor me despertó y empecé a darle vueltas a la cabeza. El día anterior había leído que Plasil colgaba las botas. Plasil es ese rubio con pintas de cantante que jugaba en Osasuna en una plantilla en la que había futbolistas como Nekounam, Cruchaga, Josetxo, Puñal… nombres bastante curiosos. En aquella época acababa de aterrizar en el fútbol español Ikechukw Uche. No sé a qué viene esto ahora, quizá fue eso de los nombres raros lo que me llevó a acordarme de él.

Mi desvelo seguía y, sorprendido por recordar con total nitidez tantos nombres ‘raros’ de futbolistas, caí en la cuenta de que en mi día a día la situación era  bien distinta. Por ejemplo, había estado más de un año refiriéndome por Anxo a un chaval que se llama Uxío. Y no, no es un hecho aislado. Anteayer me encontré a un chico con el que me cruzo la mayoría de noches que salgo de fiesta. Siempre hablamos un rato… y nunca me acuerdo de cómo se llama. Cosas de la vida, para qué recordar cómo se llama alguien de tu ciudad pudiendo no olvidar el nombre de un futbolista nigeriano al que nunca te cruzarás de fiesta… ley de Murphy (o ser tonto).

En mi caso, ley de Murphy. Yo no puedo ser tonto porque en verano descanso, y los tontos no descansan ni en verano. Yo me paso el año esperando esta época para desconectar y ver telediarios absurdos en los que es noticia que haga calor, y ellos siguen dando por culo.

No hay mejor detector de tontos que Twitter, ni mejor cebo para comprobar lo aburridos que están que presentar la equipación de la siguiente temporada. Las camisetas hace tiempo que dejaron de representar a los clubes. Ahora no son más que un trozo de tela que se renueva cada año con el fin de conquistar nuevos mercados, pero más de uno todavía no lo sabe. Lo único que representa es el escudo, y yo nunca querría que el mío estuviera a centímetros del logo de una casa de apuestas. Mientras tanto, los tontos seguirán dando más importancia a la orientación de las rayas o a que éstas sean sustituidas por cuadrados.

Pese a que son muchos -y muy tontos- no hay quien los entienda. Quieren que un club innove y, cuando lo hace, lo ponen a caldo. El CD Lugo decidió presentar su camiseta con una performance en varios de los  cruces más transitados de la ciudad amurallada. Una apuesta innovadora que además trata de reforzar el vínculo entre club y localidad, huyendo de la clásica foto de portero y capitán con las nuevas camisetas, más repetida que Pretty Woman. Pues hubo a quienes no les pareció lo suficientemente original y no hicieron más que criticar. Unos tontos a los que siempre llamaré así, no por nada, sino porque soy muy malo para los nombres.

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