Fuente: Independiente de Vallecas
Fuente: Independiente de Vallecas
CARLOS RODRÍGUEZ LÓPEZ

@Carlosrlop

Ni historia ni estadio. Un club solo necesita tener las ideas bien claras para construir una identidad. Independiente de Vallecas es el mejor ejemplo: el mismo fútbol poderoso de siempre, como herramienta para luchar por aquello de lo que nunca se acuerda.

Poca historia puede tener un club cuya idea de ser fundado brotó en verano de 2018. Era una tarde más en Vallecas. Cuatro amigos charlaban acerca de los clubs de fútbol de accionariado popular existentes, en una terraza cualquiera. Entre cervezas, surgió la reflexión: “fíjate qué raro que un barrio con la tradición de Vallecas no lo tenga y sí lo tengan otros lugares como Jerez, Salamanca, Orihuela…”. Meses después, esta vez no en un bar cualquiera, y después de numerosos debates y análisis por parte de aquel grupo de amigos, se redactaban los estatutos del club. Era el 9 de febrero de 2019, el Independiente de Vallecas acababa de ser fundado y el pub Pon de Beber, de ahí en adelante, sería su sede social. Un nuevo club de accionariado popular, con muchas cosas en común con todos ellos, pero con unas peculiaridades que lo hacen único.

“Cuando tienes unos valores no los demuestras diciendo que eres tal o que eres cual, sino haciendo cosas por el barrio. Yo demuestro que estoy en contra del clasismo cuando recojo ropa para los refugiados. Demuestro que estoy en contra del machismo cuando intento crear un club femenino. Demuestro que estoy en contra del fascismo cuando aprovechando que juego en La Elipa hago un homenaje a las 13 rosas por haber luchado contra el fascismo. Es decir, más centrados en actos concretos que en presumir”. Se puede decir más alto, pero no más claro que cómo lo hace Daniel Palacino, presidente del club. En tiempos de enarbolar banderas olvidando a aquellos que se encuentran bajo la misma, Independiente no necesita ondear ninguna para que todo Vallecas sepa cuáles son sus valores.

Miembros del club en el homenaje a Las 13 rosas | Fuente: Independiente de Vallecas
Miembros del club en el homenaje a Las 13 rosas | Fuente: Independiente de Vallecas

Desde un primer momento se mantuvo la coherencia con el hecho de llevar la palabra Independiente en el nombre. Una fidelidad blindada por los artículos que conforman sus Estatutos: rechazo al fútbol mercantil, imposibilidad de que la sede social del club abandone nunca Vallecas, renuncia a la compra de una plaza en categoría superior  de existir la posibilidad; o el rechazo a cualquier tipo de patrocinio por parte de casas de apuestas, salones de juego, prestamistas, prostíbulos, agencias de coaching, empresas de alquiler de pisos turísticos, entidades financieras, inmobiliarias y empresas de trabajo temporal.

El Clapton como ejemplo

Unionistas, Ceares, Atlético Club de Socios, Ciudad de Murcia… son muchos los ejemplos de clubes de accionariado popular en nuestro país. Sin embargo, Independiente se siente más cerca de uno que geográficamente hablando se encuentra más lejos, el Clapton inglés.

Mientras los ejemplos anteriormente citados tienen como objetivo principal los triunfos deportivos sin dejar de lado  su vertiente social y rechazo al fútbol negocio; los vallecanos anteponen a todo sus convicciones: “El Clapton no sufre por estar en 8º división, ni el Sankt Pauli por estar en segunda. Van a ser igual de grandes estando en la división que estén, porque son clubs distintos, sus objetivos son transmitir unos valores. En España hay clubs que transmiten unos valores, pero al final todo queda un poco ensombrecido por ver si se gana un partido. No es una crítica, son tipos de clubs distintos”, explica Palacino.

Cuando tienes unos valores no los demuestras diciendo que eres tal o que eres cual, sino haciendo cosas por el barrio

Parece que el mensaje ha calado, pues Independiente de Vallecas contaba en octubre con 250 socios y más de 30 simpatizantes repartidos por toda España. Para asegurar que aquello de ser un club de los socios vaya más allá de un eslogan, Independiente fomenta la participación activa de éstos en el funcionamiento del club. Con el socio llevando las riendas, se evita que el club comparta el desenlace de otros en los que la marcha de la junta directiva provoca que éstos sean incapaces de sostenerse.

En Independiente, los socios se reparten las tareas dividiéndose en comisiones de trabajo (de comunicación, de animación, legal-jurídica…), garantizando así que el día que la junta directiva abandone haya gente preparada para ocupar sus puestos.

Los símbolos

En Independiente nada es casualidad, mucho menos sus símbolos. Todo está medido al detalle, empezando por el escudo, un emblema con 5 elementos con un gran significado: un caballo blanco, un balón retro, la palabra Vallecas, una estrella y un ancla.

El escudo de Independiente de Vallecas, sobre una bufanda | Fuente: Independiente de Vallecas
El escudo de Independiente de Vallecas, sobre una bufanda | Fuente: Independiente de Vallecas

El corcel es el primer guiño al barrio. Existe una leyenda mitológica que habla de la relación entre una lechera vallecana y un animal de estas características, dando lugar a que históricamente se haya conocido a las gentes de este barrio como ‘los hijos del caballo blanco’. La pelota bajo su pata izquierda hace referencia al carácter popular del club, rasgo más propio de los inicios de este deporte que del momento de mercantilización que atraviesa. La estrella representa la lucha obrera y el asociacionismo; y el ancla, el carácter marinero, asociado a la fiesta de la Batalla Naval, que desde hace casi 40 años se celebra en el barrio. Por último, la palabra Vallecas, que tal y como recogen los estatutos, deberá aparecer siempre en el escudo.

Los colores del club y de su indumentaria principal, también presentes en el escudo, obedecen a criterios más relevantes que simples cuestiones estéticas: el burdeos es el resultado de mezclar negro y rojo, colores del escudo de Vallecas.  Ese fue, después de varios debates, el motivo principal de la elección aunque, como reconoce Dani, no el único: “A parte nos gustaba mucho el uniforme del Torino de Superga, un icono del fútbol clásico con esas medias negras, pantalón blanco y camiseta granate. Además, en los orígenes de la práctica del futbol en Vallecas, el Racing de Madrid y el Rayo jugaban con pantalón blanco y medias negras.  Nos parecía bonita y por eso lo elegimos así”.

‘11 hinchas sobre el campo’

Las ideas ya estaban fijadas antes de que el balón comenzase a rodar para un equipo que este año juega como local en La Unión, tras llegar a un acuerdo con el club propietario, el UDM Elida Olimpia. Faltaban los jugadores y el cuerpo técnico.

Un llamamiento a través de redes sociales logró convocar a cerca de 100 futbolistas para las pruebas de selección, probablemente las más raras a las que se habían enfrentado en su vida. Tal y como recuerda Dani Palacino, por encima de la habilidad futbolística estaba la capacidad de entender lo que significaba el club y el compromiso a respetar y actuar conforme a sus principios: «El lema de la campaña fue ‘11 hinchas sobre el campo’, y creemos que lo conseguimos. Tenemos un vestuario muy cohesionado, los chavales tienen una actitud espectacular, proponen muchas ideas de acciones… es un lujo. Esa fue la parte bonita, la de captar jugadores, lo peor fueron los asuntos burocráticos para poder llegar a tiempo a la disputa de esta temporada”.

Mención aparte merecen los entrenadores del equipo sénior (único que conforma el club de momento). A nivel federativo, Carlos Castellanos ocupa el puesto de primer entrenador y Eduardo Arroyo el de auxiliar, pero en el día a día, ambos tienen el mismo peso. Una muestra más de que se trata de un club atípico, aunque esta decisión hay que atribuírsela a los propios Arroyo y Catellanos, que desde el principio dejaron claro que iban “en pack”.

Indudablemente, dos personas que entienden así el fútbol eran un perfil muy propicio a acabar ocupando el banquillo vallecano. Su idea de formar un equipo que no se ciñera únicamente al plano deportivo, y su apuesta por jugar al fútbol (todo un rara avis en la Tercera Regional), terminaron por ser definitivos para su contratación.

El futuro del club

Es pronto para sacar conclusiones acerca de una primera temporada que acaba de empezar, pero en Independiente ya se piensa en el futuro. La prioridad es conseguir formar un equipo sénior femenino, algo que resultó imposible este año por la no disponibilidad de campos. Se observa en la distancia la posibilidad de crear más categorías y explorar otras modalidades deportivas, aunque por el momento es un objetivo más a largo plazo, sin dar pasos en falso.

No queremos sacar equipos por sacarlos, ni montar una escuela con tropecientos equipos para que los padres se dejen la pasta. No es nuestra filosofía, si algún día tenemos escuela será de una forma mucho más sostenible

Respecto al tema de las instalaciones, parece que habrá que seguir alquilados, al menos durante los primeros años. Para cuándo llegue el estadio propio, solo hay dos cosas claras: la historia tendrá nuevos capítulos y los valores de Independiente de Vallecas serán los del primer día.

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