DIEGO TOMÉ CAMOIRA
«Pasan escasos minutos de las 3 de la tarde. Es lunes de agosto, y la mochila emocional que llevo es aun más grande que las maletas que me han ayudado a sobrevivir a un nuevo Sonorama Ribera. Los campos de castilla me ponen melancólico, y mira que es jodido, porque voy en un bus con compañeros festivaleros donde lo único que se puede respirar es sudor. Lo más surrealista es que estoy escribiendo esto sin saber cuando va a ver la luz. Sé que la vida es eso que pasa entre Sonorama y Sonorama, pero yo sólo quiero dormir y ordenar ideas ¿Qué narices hacía cubriendo fútbol en un festival de música?»
Han pasado dos meses desde el último Sonorama Ribera, y la fiesta de bienvenida del próximo Jueves 28 de noviembre en la madrileña Joy Eslava anuncia una nueva temporada de música y vino entre otras artes. Si bien en lo que respecta al balompie Sonorama cuadra a la perfección con los últimos coletazos del mercado estival de fichajes, en esta particular campaña -hasta que el 12 de agosto el esférico eche a rodar en Aranda- el mercado acaba de empezar. Especulaciones, más especulaciones y Vetusta Morla. Este año sí.
Javier Ajenjo y los componentes de la asociación cultural Art de Troya trabajan tras estos dos meses de vacaciones para albergar, una vez más, la mayor fiesta del indie nacional tras más de 20 años en activo. Más historia que la MLS casi, ojo ahí. Y es que, si el indie es un pueblo, ¿qué sería de un pueblo sin su campo de fútbol?
Una línea temporal, musical y esférica.
Leyenda: A través de esta línea temporal multimedia mostraremos como fue el Sonorama Ribera más futbolero. Para navegar por ella, en caso de hacerlo desde un ordenador, tan sólo tendrás que desplazarte hacia adelante y atrás con las flechas que aparecen en los laterales. En caso de navegar desde un dispositivo móvil, deslizando la pantalla a izquierda o derecha se desplegará el contenido. Las lupas del menú de navegación permiten, por su parte, juntar o separar los eventos dentro del menú.