
CARLOS RIANDE CORTIZO
El Leeds United de Marcelo Bielsa y el Manchester City de Pep Guardiola empataron 1-1 el sábado. El nombre de los conjuntos va acompañado del de sus entrenadores, ya que estamos ante dos claros ejemplos de equipos de autor, su firma es evidente y así lo brindaron en las tablas.
El sky es blue

Característica presión en salida de balón del rival desde el principio. Que se lo digan al Real Madrid hace unos meses en Champions League. Meslier, portero del Leeds, optó en ocasiones por el golpeo en largo de media distancia hacia sus laterales mientras sus centrales lo apoyaban en corto. En la foto, Kevin de Bruyne recuperaría el balón al anticiparse.

Cuando Meslier no golpeaba en largo, la salida favorita del Leeds es con Kalvin Phillips por el centro. Bien incrustándose entre centrales o algo más arriba por el carril central. En esta ocasión, el pase regular que da su portero añadido al trabajo de Kevin de Bruyne sobre Phillips supone la pérdida de balón.
Esto es muy peligroso para el equipo que pierde la posesión. Hay un desierto en el centro del campo del Leeds. Cualquier error en el control, pase o recepción de Phillips supondría esa transición favorable para el City, quien es un equipo muy disciplinado en esto. En la foto, de Bruyne en conducción tiene varias líneas de pase (Mahrez y Ferrán en la derecha; Sterling a la izquierda) pero se decanta por su buen disparo.
Laporte en conducción para resquebrajar al Leeds
Laporte domina el arte de sacar el balón como pocos centrales en el mundo. Ahora bien, en cuanto a la conducción es diferencial. Detecta cuándo hacerlo y su equipo lo agradece, ya que es capaz de saltar líneas con mucha determinación.

El delantero del Leeds, Bamford, se orienta para evitar que Laporte juegue con su compañero Rúben Dias (1ª foto). El francés decide, por tanto, avanzar debido a que el resto del Leeds se encuentra en campo propio. A Bamford, evidentemente, no le da tiempo a estorbar y el resto de centrocampistas estaban pendientes de evitar los pases interiores. Así logra Laporte desconcertar y avanzar con la pelota.
En esta otra salida, Laporte se encuentra con un rival que presiono con un número mayor en campo e incluso área rival. Conducir es más arriesgado y complicado, por lo que debe pasar a un compañero o hacer uso de sus diagonales largas, en este caso hacia Ferrán.
Primera parte, del City
El Leeds estuvo incómodo en la primera mitad, desdibujado. Sobre todo al sacar la pelota, como vimos en las primeras imágenes, lo que le impedía realizar su fútbol. Si no encontraban a Phillips, no tenían una alternativa tan segura y de la calidad de Laporte, como sí tiene el Manchester City.
El gol del City llega tras un despeje horrible de Cooper. Le falta contundencia, pretende jugar de primeras un balón en malas condiciones y le regala el esférico a Ferrán en el borde del área. Juega rápido para Sterling quien, aprovechando el desconcierto del propio Cooper, tira la diagonal, le sienta con un amago y adelanta a los suyos.


A puntito de empatar el Leeds al borde del descanso. A veces es Mendy, sospechoso habitual, otras le toca a Walker. Pérdida de atención, concentración o exceso de confianza. Recuerda al “despeje” de Bartra en el Betis vs Real Madrid que analizamos el fin de semana pasado.
Salvó Ederson estos errores individuales de los laterales, donde sorprende la reacción al quedarse estático de Mendy (2ª foto) tras la mala cesión al portero brasileño.
El Leeds más reconocible
En los segundos 45 minutos sí pudimos ver a un Leeds más suelto donde le perdió el respeto, en el mejor de los sentidos, al City de Pep. En un principio, los dos quisieron un ritmo más bajo para evitar contragolpes y transiciones del rival, algo con lo que son capaces de hacer mucho daño pero también lo sufren. Pretendieron controlar y controlarse, neutralizarse mutuamente.

Alrededor de la hora de partido, esta pretensión dejó paso al ritmo más Premier League. Solo hay que fijarse en las fotos, 17 segundos de diferencia y dos jugadas que muestran un partido más roto. Esto coincidió con los cambios, muy atinados, de Marcelo Bielsa, quien dio entrada a Poveda y Rodrigo Moreno.
Precisamente fue el delantero español quien equilibró la balanza. Provocó el córner en una jugada personal y se disfrazó de cazagoles en el saque de esquina. Tuvo dos postes y un gol en sus primeros 10 minutos.

Ederson, quien había evitado dos goles, despejó mal al salir de puños. En vez de impactar para desviar el esférico por alto, hacia arriba, su despeje salió hacia abajo. La lluvia puede ser mala enemiga para provocar resbalones, también en el contacto. El caso es que el balón rebotó en Mendy y cayó muerto para que Rodrigo Moreno, vivo, la empujara sin oposición.
Portero, sal


La acción de Ederson bien merece recrearnos en otra de Meslier. Muchas veces se acusa a los porteros de quedarse bajo el larguero, en especial tras un centro lateral. La lectura del portero del Leeds es magnífica y pudo significar, por el minuto que corría, la suma del punto. Sterling tiró perfectamente el desmarque a su compañero, el centro raso era lo que pedía la jugada pero Meslier supo salir por bajo en el momento adecuado y atrapar la jugada.
A partir del empate se rompió el partido y fue una delicia para el espectador. Con tantos espacios, Kevin de Bruyne es letal y protagonizó la mayoría de ataques. Pese a ello, estuvo poco atinado. Tanto él como sus compañeros dieron la sensación de buscar una individualidad, un recorte, una diagonal, un disparo desde media distancia.
Notaron la falta de un delantero (ausencia de Gabriel Jesús y el Kun). Sin precisión ni referencia, fueron 0 los disparos a puerta en la 2ª parte. 8 fuera de los tres palos. Como comentaron Pep y Bielsa al final del partido: “Ha sido muy bonito, el resultado es justo”. Estamos de acuerdo.