DIEGO TOMÉ CAMOIRA
Medias hasta abajo, jugadores sin espinilleras y torsos sin definir fueron la tónica habitual del fútbol a nivel mundial durante bastantes décadas. Las ciencias del deporte apenas se habían desarrollado y aquello de la preparación física parecía un sinsentido en un deporte donde lo único que importaba era, de la manera que fuese, anotar más goles que el contrario a lo largo de 90 minutos.
Hoy en día, lo que parece precisamente una quimera es que haya algún club —también entre aquellos que se baten el cobre en las divisiones más bajas de nuestro fútbol— que no preste especial atención a la preparación física como un apartado clave para alcanzar sus objetivos sobre el terreno de juego.
Casos como el del Bayern de Múnich de Hans-Dieter Flick, que conquistó la pasada Champions League, y que ha sorprendido a propios y extraños por las capacidades físicas que mostraron los futbolistas del conjunto bávaro durante la final a 8 en Lisboa, han servido en los últimos tiempos para ejemplificar la importancia de la musculación y la composición física en el deporte rey.
Yago Sánchez, además de graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, es fundador y propietario de Heracles Fit, empresa que dirige y en la cual ejerce como preparador físico con especial atención a la composición corporal. Junto a él, analizamos la importancia de la preparación física en el fútbol y hacia dónde parece encaminarse en relación a otros deportes.
De la preparación física en el atletismo al fútbol
No fue hasta comienzos de la década de 1970 cuando el fútbol español empezó a prestar atención a la condición física. Por aquel entonces, las primeras generaciones de INEF (Instituto Nacional de Educación Física), que el Franquismo había instaurado como estudios reglados una década antes, comenzaban a incorporarse al mundo laboral.
De aquella generación del INEF de Madrid —hoy en día adscrito a la Universidad Politécnica de Madrid— salió un joven preparador físico llamado Carlos Álvarez del Villar. El considerado primer preparador físico del fútbol español, se acercó a esta práctica deportiva prácticamente de rebote, tal y como se puede intuir únicamente con leer el nombre de su obra cumbre, ‘La Preparación Física del Fútbol basada en el Atletismo’.
A través de los conocimientos que Álvarez del Villar había adquirido como entrenador destacado en el ámbito del atletismo, el madrileño decidió que muchos de los ejercicios que planteaba junto a sus atletas podrían ser replicados por los futbolistas profesionales a la hora de mejorar su condición física.
Fue de esta manera como el propio Álvarez del Villar se incorporó a la disciplina del Rayo Vallecano, en condición de preparador físico, a mediados de la década de 1970. Por aquel entonces, el conjunto franjirrojo militaba en Segunda División, y no había pisado la máxima categoría del fútbol español ni una sola vez en los más de 50 años que habían transcurrido desde la fundación del club.
Quizá fue por ese mismo motivo por lo que aquella revolución futbolística supuso un cambio sin precedentes en el fútbol español. Y es que el primer club que apostó por contar con la figura de un preparador físico dentro de su organigrama, fue un equipo de barrio madrileño como el Rayo y no los Real Madrid, Barcelona, Valencia o Athletic Club de turno que año tras año peleaban por el título liguero.
Siguiendo la estela de los grandes mediofondistas de la época, como Mariano Haro u José Luis González, los futbolistas del Rayo Vallecano provocaban el asombro de quienes salían a pasear por la Casa de Campo cuando veían cómo aquellos jugadores dedicaban buena parte de su entrenamiento a subir y bajar las numerosas cuestas que hay en el parque de la capital en lugar de hacer rondos o mejorar la táctica con balón.
Carlos Álvarez consiguió que los jugadores del Rayo Vallecano, de Segunda División, fueran de buen grado a la Casa de Campo (espacio natural de Madrid de 1700 hectáreas) a hacer cuestas y carrera continua, toboganes y multisaltos, y flexibilidad. A los pocos meses fueron capaces de agotar a los contrarios que disponían de una calidad técnica y táctica superior
Así resumen los antiguos alumnos de Carlos en el INEF de Madrid las técnicas empleadas por el propio Álvarez del Villar y que transformarían para siempre el balompié en España en ‘Una comida y algo más con Carlos Álvarez del Villar’ (pdf, 563 KB).
Lo que hoy podrían parecer unos métodos, cuanto menos, rudimentarios, surtieron efecto al sur de la capital. El ‘Rayito’ lograba por primera vez en su historia el ascenso a Primera División en la temporada 1976-77, y se ganaría a pulso el apodo de “matagigantes” gracias a hacer del estadio de Vallecas un fortín inexpugnable en su primera campaña entre la élite.
“La clave de todo está en la individualización”
La preparación física, como ya hemos mencionado, vivió un período de enorme crecimiento -al menos en lo que concierne al fútbol español- a finales de los años 70 y comienzos de los 80 del pasado siglo. Al entrenamiento con balón y las revoluciones tácticas impulsadas en la época con figuras como Rinus Michels o Johan Cruyffy el nacimiento del “fútbol total”, se unía el aspecto físico.
Los entrenamientos en sala o las sesiones sin balón adquirieron un protagonismo tal que, en la actualidad, se siguen aplicando esta serie de métodos no sólo en la élite, sino que este tipo de trabajo se ha extendido también en el fútbol formativo. En relación a estas dinámicas, y la influencia de la preparación física sobre el campo, Yago hace especial hincapié en el principio de individualización, el cual se basa en que todo entrenamiento debe adaptarse a las características individuales de cada deportista.
“Si nosotros aplicamos este principio de individualización al fútbol, tenemos que tener en cuenta que cada jugador tiene una posición, es decir, tiene una táctica y unas funciones que va a desempeñar durante el juego. Yo creo que tampoco hay que saber mucho sobre preparación física para saber que un central debería ser una persona mucho más poderosa físicamente que un mediocentro organizador”, menciona.
En este sentido, adquiere una gran importancia el entrenamiento personal. Si cada vez es más común ver a las grandes estrellas del fútbol mundial acompañadas de sus entrenadores personales de confianza, lo cierto es que, incluso en lo relativo al fútbol de élite, hay gran cantidad de clubes que no cuentan con esta figura, o en caso de contar con ella, suele ser un mismo entrenador personal quien está a disposición de todos los miembros de una plantilla.
Comparando este caso con el de otros deportes de élite, y poniendo como ejemplo la NBA, vemos como nombres como los de Mike Mancias o Brandon Payne están asociados no al roster de una plantilla de la liga, sino a superestrellas de la misma como LeBron James y Stephen Curry respectivamente.
A la cuestión de si el fútbol y los métodos de entrenamiento empleados por los preparadores físicos han quedado rezagados con respecto a otros deportes, Yago considera que la enorme atención que se presta al fútbol como fenómeno de masas a nivel mundial ha podido lastrar su evolución desde el punto de vista de la preparación física.
“En el fútbol, en comparación con otros deportes, si ponemos en una balanza lo que pesa a nivel cultural y social con lo que se realiza actualmente, debería tener un mayor nivel con respecto al resto de deportes. Digamos que, en proporción, la preparación física está menos desarrollada que en los demás deportes”, remarca Yago al respecto.
¿Tabúes frente a la musculación?
Cada vez que un futbolista con la fisionomía de Adama Traoré alcanza el profesionalismo se retoman los debates en los medios de comunicación de masas, quienes discuten en torno a la funcionalidad —o no— de un físico musculado a la hora de dar patadas al balón.
“Siempre ha habido un tabú con respecto a la musculación, pero en este sentido el fútbol es un reflejo de la sociedad. Teniendo en cuenta la individualización y la posición con la que queremos trabajar vamos a tener un ideal físico, entre comillas, para el jugador de nuestro equipo. Si en mi equipo tengo a un jugador muy desequilibrante en velocidad, pero con problemas de potencia o fuerza máxima, con ese jugador trabajaría mucho la musculación, porque sumarle 5 kilos de masa muscular probablemente no le reste esa velocidad que ya tenía”, comenta Yago sobre la musculación y la importancia que adquiere la misma, remarcando que, en muchos casos, tanto jugadores como preparadores físicos tienen reticencias a la hora de ganar masa muscular.
Estas reticencias en la preparación física se pusieron a prueba la pasada campaña con el Bayern de Múnich como máximo exponente. De la mano de Holger Broich, preparador del conjunto bávaro y doctor en diagnóstico de rendimiento en el fútbol de élite, los futbolistas del Bayern consiguieron alcanzar su punto de forma óptimo gracias al ciberentrenamiento que el propio Broich ideó durante el parón por la pandemia.
Jugadores como Goretzka, Coutinho u Lewandowski sufrieron un notable cambio físico, y en algunos casos, como el del centrocampista alemán, este cambio supuso una gran ganancia de masa muscular que cambió por completo la fisionomía a la que el polivalente futbolista del Bayern nos tenía acostumbrados antes de la pandemia.
“Pese a que la Champions League no es un torneo que premie tanto la regularidad como la liga, teniendo en cuenta el estilo de juego que ha propuesto el Bayern de Munich, la superioridad física de sus jugadores desde la vuelta a la competición hasta ahora ha sido abrumadora. Eran incansables. Creo que el Bayern ha ganado el triplete por su estado de forma y la preparación física del equipo durante la cuarentena”, explica Yago.
Y es que los métodos de entrenamiento del conjunto alemán, alcanzaron aún mayor renombre tras la apabullante victoria que el conjunto de Dieter Flick endosó al Fútbol Club Barcelona en los cuartos de final de la competición y el triunfo frente al Paris Saint Germain que los proclamó campeones de Europa en la final de Lisboa.
Para mostrar las bondades de la musculación en la preparación física, Yago hace hincapié en el aspecto contrario, en cómo el sobrepeso puede ya no sólo a ser un lastre a la hora de jugar al fútbol, sino que, como en el caso de Eden Hazard en el Real Madrid, una mala preparación física se convierta en la principal causa de lesiones como las que asolan al jugador belga desde que el pasado verano llegase a Concha Espina.
“Lo de Hazard ocurre por falta de control. Tú no puedes dejar que uno de tus empleados, porque al fin y al cabo es un empleado, se descontrole de esa manera cuando se va de vacaciones. Puedes dejarle un poco más de libertad, pero si es una persona susceptible de ganar peso al mínimo cambio debes atarle un poco. El jugador tiene su parte de culpa, pero la directiva del Real Madrid y, sobre todo, los preparadores físicos son los máximos responsables”, alude al respecto.
50 años después de que Carlos Álvarez del Villar revolucionase la preparación física en el fútbol español, sus métodos, basados en el atletismo, siguen siendo para muchos un paradigma de lo que debe ser la preparación física. Para otros, quizá hayan quedado anticuados o a rebufo en relación a otros deportes. Sea como fuere, lo cierto es que este trabajo parece tener su reflejo, y en un gran número de ocasiones, ser determinante, en lo que cada fin de semana ocurre sobre el terreno de juego.