Josef Bican, el goleador olvidado | Fuente: UEFA
Josef Bican, el goleador olvidado | Fuente: UEFA
LUCAS MÉNDEZ VEIGA

@LMendez8

En el fútbol del big data, los Messi, Cristiano Ronaldo y compañía, cuentan a la perfección las porterías que han perforado por sus goles. En el eterno debate del máximo goleador histórico de este deporte siempre surgen los mismos nombres en la terna.
A la dupla de goleadores modernos siempre hay que sumar a los brasileños Pelé y Romario, el húngaro Férenc Puskás y un austrohúngaro nacido en un barrio obrero de Viena en 1913. ¿No le conocen? Es el eterno olvidado con 1468 goles, Josef Bican.

Un hijo de la clase obrera

Once veces máximo goleador de las ligas checoslovaca y austríaca, leyenda en el Rapid de Viena y en el Slavia Praga, un auténtico atleta que hacía los 100 metros en 10,8 segundos además del puntal del particular dream team de Austria en la década de los 30 en el siglo XX, el Wunderteam. Sin duda, la vida de ‘Pepi’ Bican está cargada de datos que refrendan su perfil como gran goleador histórico del fútbol. Pero sus orígenes definen su vida.

Crecido en el sureño distrito obrero de Quellenstraße en Viena, Josef era hijo de la emigración checa y de la clase obrera. En una zona de grandes industrias del ladrillo, con una importante población inmigrante, entre bloques de pisos castigados por la guerra y la miseria, la clase de Bican con la pelota empezó a destacar.

Su padre, que había luchado y sobrevivido a la I Guerra Mundial, era futbolista del ASV Hertha Viena. Fue quien vio las dotes de su vástago cuando no tenía más que 7 u 8 años, aunque no tuvo tiempo para verle desarrollar ese tremendo potencial. La pobreza se cobró la vida del padre, un ‘peón’ del esférico que tenía dificultades para llegar a final de mes en un fútbol muy rústico y alejado de las comodidades de hoy.

Cuando Bican contaba con 9 años, en 1921, un problema renal ocasionado en un partido de fútbol y del que su padre František no se había podido operar se cobró su vida. Fue un golpe duro para el joven Josef, quien quedaba a cargo de su madre, cocinera en un restaurante, que tuvo que multiplicarse para educar a su hijo en la precaridad del período de entreguerras.

Máximo goleador de la historia y migrante del balón | Fuente: @Ipatolorente en Twitter
Máximo goleador de la historia y migrante del balón | Fuente: @Ipatolorente en Twitter

Como homenaje a su padre, ‘Pepi’ ingresó en la cantera del ASV Hertha Viena con 12 años. Él quería ser futbolista como su viejo. Posteriormente pasaría por los equipos de las fábricas de Farbenlutz y Schustek. Como sueño idealizado y pasajero, jugando descalzos, de aquel barrio industrial vienés de comienzos de siglo saldría la base de aquel gran Wunderteam.

Vecinos de los Bican eran los Sindelar, una familia de herreros de ascendencia checa. El padre había sido compañero de František Bican en el Hertha. Su hijo Matthias, ‘El Mozart del fútbol’, acabaría siendo capitán de aquel gran conjunto y compañero de batallas de Josef Bican.

En los 30 conocieron su nombre

El trabajo del joven goleador Josef no pasaba desapercibido en el país. El gigante del imperio, puntal de la ciudad en cuanto a fútbol, le fichó sin dudarlo. Llegaba así al Rapid de Viena con todo por demostrar. Y explotó ese gran instinto goleador dentro del área, aunque le costase unos años. Y eso que empezó bien porque, aunque su debut se saldó con derrota por 3:5, esos tres tantos locales llevaron su firma.

En julio del año pasado, Leo Messi fue el último en unirse a la lista de los goleadores con más de 700 tantos. Entre ellos, el siempre desconocido Bican | Fuente: Mister Chip en Twitter
En julio del año pasado, Leo Messi fue el último en unirse a la lista de los goleadores con más de 700 tantos. Entre ellos, el siempre desconocido Bican | Fuente: Mister Chip en Twitter

Fue en 1933 cuando sus cifras dejaron de ser discretas. 33 tantos en 25 goles le abrían las puertas del estrellato y de los títulos, como la liga doméstica que ganó en 1934. Con su papel cumplido, fichó por el Admira Viena para convertirlo en un grande con la ayuda de compañeros suyos en la selección nacional como Anton Schall, Peter Platzer, Johann Urbanek o Wilhelm Hahnemann. Tras años dominando la liga austríaca, en 1937 le llegaba la oportunidad de su vida: el Slavia de Praga, la tierra de sus antepasados, quería sus goles.

534 goles oficiales en pocos más de 270 encuentros con la estrella roja en el pecho de la zamarra del histórico conjunto de la ciudad de las cien torres. La II Guerra Mundial frenó su progresión, impidiéndole participar en más Copas del Mundo. También evitó que se convirtiese en un icono mediático de una Europa del Este en la que empezaba a destacar un joven de nombre Ferenc y de apellido Puskás.

Si en los 30 conocieron su nombre, en los 40 destrozó todos los récords. Con el Slavia ganó cuatro ligas consecutivas en el primer tramo de década. Una media de 43 tantos por campaña hasta un total de 174 goles hicieron que el equipo rojiblanco de Praga viviese su etapa más histórica. Y cuando el equipo dejó de ganar, ‘Pepi’ siguió marcando.

Le llovieron ofertas al finalizar la II Guerra Mundial, algunas de clubes que le ofrecían importantísimas sumas de dinero para la época. Clubes como la Juventus de Turín se fijaron en las aptitudes de aquel espigado y veloz delantero vienés, pero Bican las rechazó para seguir jugando en el país de sus ancestros durante toda su carrera.

Faro de la gran Austria futbolística

A pesar de que jugó para tres selecciones —Checoslovaquia por su familia y algunos partidos con la selección de Bohemia y Moravia—, Josef Bican es uno de los jugadores más importantes de la historia de Austria. Con dicho combinado creó el ‘Equipo Maravilla’ —Wunderteam en alemán—. En la Copa del Mundo de 1934 en Italia, Bican fue un puntal.

El equipo entrenado por Hugo Meisl seguía la didáctica futbolística del escocés Jimmy Hogan, entrenador adjunto. Un equipo vertical, de pase frenético, laterales largos y un mediapunta ofensivo que brillaba. Quizá le recuerden, su amigo y vecino Matthias Sindelar. El bloque de Austria se presentó en aquel torneo dispuesto a todo. Francia fue la primera piedra de toque en primera ronda pero Bican les dio la victoria con un crucial tanto en la prórroga.

Conseguirían llegar a aquella final dejando por el camino también a Hungría, pero la Italia de Pozzo fue demasiado. Se impusieron por la mínima y Josef Bican no pudo hacer nada a pesar de partir como titular. En el partido por el tercer y cuarto puesto, contra Alemania, con Bican también en el campo, Austria se desmoró. Poco premio para un torneo casi inmaculado con muchos de los grandes jugadores de su historia en aquel plantel.

Con la retirada, Bican decidió seguir ligado al fútbol entrenando a varios conjuntos entre los 50 y 60. Slavia de Praga, Slovan Liberec, Spartak Brno, Pribram, Hradec Králové, SONP Kladno en 1964, KSK Tongeren y, finalmente, SK Benesov donde se jubiló de los banquillos.

Su vida debía continuar sin el fútbol. Tras dejar la pelota y la pizarra fue obrero, conductor y trabajó en un zoo local alimentando animales. Falleció a los 88 años el 12 de diciembre de 2001. Antes, había recibido un merecido homenaje de su gente, la afición del Slavia de Praga, la tierra que vio emigrar a su familia.

Histórico jugador del Slavia de Praga, Bican ostenta la cifra de 1468 goles, amistosos incluidos | Fuente: TVP Sport
Histórico jugador del Slavia de Praga, Bican ostenta la cifra de 1468 goles, amistosos incluidos | Fuente: TVP Sport

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