El público ha perdido durante el último año su hueco en las gradas a causa de la pandemia
El público ha perdido durante el último año su hueco en las gradas a causa de la pandemia
DIEGO TOMÉ CAMOIRA

@FirstClassSDP

Anfield, 11 de marzo de 2020. Aquel encuentro de Octavos de Final de la pasada edición de la Champions será recordado para siempre como el último de la vieja normalidad. The Kop hasta arriba, público visitante que teñía los graderíos de Anfield de rojiblanco y, pese a que aquello del COVID-19 ya era portada de todas las cabeceras nacionales y abría los informativos, palabras como distancia social o FFP2 no estaban en el centro del debate público. Después de aquel día, en los estadios tan sólo reinó el silencio.

Un año después poco parece haber cambiado. El fútbol ha seguido su camino y muchos parecen haberse acostumbrado a ello; a seguir a su equipo a través de las pantallas en vez de entre la multitud. Muchos, salvo ese público que viajaba a ver a su equipo allá donde fuese.

La pandemia causada por la COVID-19 a nivel global ha puesto de manifiesto dos cuestiones clave: que el fútbol seguirá con o sin su gente, y que el poder de decisión del público -reflejado a través de las diferentes federaciones y asociaciones de socios y abonados- es prácticamente nulo en la élite del balompié europeo.

A través del trabajo realizado durante el último año por las principales federaciones de aficionados al fútbol en Europa, trataremos de esclarecer la situación en la que se encuentra el público que acudía religiosamente a los estadios durante la vieja normalidad, además de intentar vislumbrar cuál es la realidad a la que se tendrán que enfrentar los aficionados en su vuelta a los estadios y el papel que tendrán en la nueva normalidad.

El público en España y su influencia económica

Durante el último año, el debate sobre el poder de decisión de los aficionados en el fútbol español ha pasado a un primer plano con diferentes comunicados e iniciativas de las aficiones por tratar de frenar el regreso de las competiciones nacionales sin público en las gradas.

Todo ese malestar inicial fue subyaciendo de forma progresiva al analizar el papel que jugaron las televisiones en la vuelta del balompié. Récords de audiencia semana tras semana y un público pegado al televisor dio, en cierto modo, la razón a estamentos como La Liga de Fútbol Profesional que, encabezados por Javier Tebas, trataron de acallar y contener todo este malestar apoyándose en los datos de share y las ganas del público de ver a su equipo jugar, aunque, en vez desde su asiento en el estadio, lo hiciesen desde la butaca de su casa.

Pese a ello, en las últimas semanas ha salido publicado un informe que la propia Liga ha realizado en colaboración con la consultora PwC y en el cual se trata de medir el impacto económico que la pandemia ha provocado en las cuentas de La Liga.

El informe socioeconómico realizado por la consultora PwC muestra la pérdida de ingresos por el Covid-19 | Fuente: LaLiga
El informe socioeconómico realizado por la consultora PwC muestra la pérdida de ingresos por el Covid-19 | Fuente: LaLiga

De los 2.013 millones que la Liga dejó de ingresar con respecto a su anterior ejercicio económico, casi la mitad, unos 848 millones de euros corresponden a la venta por entradas durante el día de partido.

Estas cifras pueden resultar aún mayores si tenemos en cuenta que los resultados para la temporada 20-21 son estimaciones, al tratarse del ejercicio económico en curso y que la LFP tiene presupuestados unos 271 millones de euros en concepto de ingresos por partido que sólo serán posibles de alcanzar si se permite, de aquí a final de temporada, el regreso del público a los estadios, algo que, por el momento y siguiendo la evolución de la pandemia, no parece demasiado realista.

Si uno se fija además en la pérdida de ingresos por retransmisión, se aprecia cómo, pese a no caer en exceso y mantenerse en unos guarismos bastante similares a los de la temporada 2018-19 —la última antes de la llegada de la pandemia—, el montante total que percibió el organismo dirigido por Javier Tebas sigue siendo inferior por cifras cercanas a los 30 millones de euros. Lo que advierte que, pese a la falta de público en las gradas, los ingresos por retransmisión se reducen con respecto a la campaña 2018-19 y, sobre todo, con las estimaciones que la LFP había tenido en cuenta a la hora de llevar a cabo su presupuesto.

FASFE, la respuesta de los aficionados en España

Una de las voces que ha ganado más fuerza entre los aficionados al fútbol tras la explosión de la pandemia ha sido la de FASFE (Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español), organización creada en el año 2008 y que tiene por objeto la democratización del fútbol y la defensa del papel de los clubes como instituciones cívicas y sociales.

De organización sin prácticamente importancia en el ecosistema futbolístico español, FASFE ha pasado a sentarse a negociar y entablar conversaciones con la RFEF a través de proyectos como ‘Kick-Off’, iniciativa coordinada por la asociación de aficionados supranacional SD Europe, y a través de la cual se pretende mejorar las relaciones y entablar conversaciones entre las diferentes organizaciones de aficionados europeas y sus respectivas federaciones nacionales.

“Durante los dos próximos años, Kick-off! abordará los factores que influyen en las relaciones entre organizaciones de aficionados de cada país, y también su relación con sus respectivas federaciones nacionales. Kick-off! finalmente permitirá a los socios del proyecto superar la desconfianza entre ellos y crear una base de datos de referencias que les ayudará a ellos así como a otras organizaciones de aficionados, clubes y federaciones a gestionar y evitar situaciones de conflicto en el futuro”, explica FASFE.

Si el papel de los aficionados y el público en los estadios ha cambiado radicalmente a raíz de la pandemia, el desencanto generalizado de abonados y socios con las decisiones tomadas en el fútbol profesional, sin tener en cuenta su opinión, ha provocado que una organización como FASFE gane protagonismo y llegue, incluso, a interponer una querella criminal contra Tebas y el consejo de administración del Fuenlabrada tras el escándalo de la pasada temporada y el viaje de la expedición del CD Fuenlabrada con positivos a Coruña.

#FansVsCovid19

Todo este caldo de cultivo ha cristalizado en que el público en general, representado por diversas aficiones y colectivos, haya dejado a un lado el acudir a los estadios, pero no su presencia más allá de las gradas, que se ha intensificado aún más durante la pandemia.

Proyectos universales como #FansVsCovid19 nacieron no sólo como una manera de prestar ayuda a los colectivos más vulnerables y que más estaban aguantando el peso de la pandemia, sino como una demostración del poder de los aficionados al fútbol en la vida pública a través de diferentes iniciativas con una premisa muy clara; Si la voz del público no se escuchaba en los estadios, al menos lo haría en otros aspectos de la sociedad.

Esta iniciativa, seguida por colectivos de hinchas de todo el mundo, también tuvo hueco en España a través de clubes de fútbol popular como el Palencia o el Ciudad de Murcia, organizaciones como UNIPES, grupos de aficionados como los del Real Sporting, Real Zaragoza y Recreativo de Huelva u organizaciones sin ánimo de lucro como ‘Dragones de Lavapiés’, quienes pretenden acabar con el racismo a través del balón.

Y es que el grito siempre vuelve y, pese a que un año después la mayoría de aficionados al fútbol en España no hayan podido regresar a sus templos, de una u otra forma, bien sea por el impacto económico, bien sea por las ansias de lucha a través de diferentes ámbitos de la vida social, el público vuelve a demostrar que, sin sus voces, el fútbol no tiene sentido.

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