Kaka and Cristiano Ronaldo of Real Madrid enter the pitch before the La Liga match between Real Madrid and Deportivo La Coruna at the Santiago Bernabeu stadium on August 29, 2009 in Madrid, Spain. (Photo by Tsutomu Takasu) | Fuente: https://www.flickr.com/people/gowestphoto/ / Creative Commons Attribution 2.0 Generic license
Kaka and Cristiano Ronaldo of Real Madrid enter the pitch before the La Liga match between Real Madrid and Deportivo La Coruna at the Santiago Bernabeu stadium on August 29, 2009 in Madrid, Spain. (Photo by Tsutomu Takasu) | Fuente: https://www.flickr.com/people/gowestphoto/ / Creative Commons Attribution 2.0 Generic license
CARLOS RODRÍGUEZ LÓPEZ

@Carlosrlop

En principio nadie creía, pero al final todos estábamos allí. Sabíamos que cuanto menores fueran las opciones, mayor sería la gloria en caso de ganar, y estábamos tan carentes de unas como ansiosos de la otra. Tras dos años siendo humillados por el máximo rival, llegábamos vivos a la última jornada. Si ganábamos en Málaga y el Barça perdía, la liga era nuestra.

Saltaban los jugadores al verde cuando Adolfo salió de la barra con la primera bandeja de pinchos, visiblemente contrariado. Adolfo solo mudaba su semblante en dos escenarios: la derrota y la ofensa. El balón no había echado a rodar, así que, cuando llegó a nuestra mesa, le preguntamos la identidad del ofensor. “‘El Salmonete’, quién iba ser, que dice que mejor hagamos la tortilla con luevina. Cuarenta años de bar y me va aprender algo a mí ese sibaritas que ni ve el fúbol ”, masculló antes de pasar a la siguiente mesa.

‘El Salmonete’ era un hombre elegante al que no se conocía más amistad que la de su blanco e impecable sombrero. Llevaba toda la temporada viniendo al bar en los días de partido, pero nunca los veía. Pasaba dos horas en la barra, de espaldas a la tele, ojeando las páginas económicas del periódico —de ahí su apodo—. No solo era el único al que no le gustaba el fútbol, también era el único que no estaba enterado de tener mote.

‘Pelas’, ‘Lume’, ‘Cabezón’, ‘Juergas’… Adolfo no se dirigía a ninguno por su verdadero nombre. Ni siquiera a Martín, que en realidad se llamaba Rafa. A mí me había bautizado como ‘Castilla’ por ser el más joven de los que íbamos allí a ver al Madrid.

No lo confesaría hasta terminar el partido, pero Adolfo había contenido durante 9 minutos su ira para no abofetear a ‘El Salmonete’. Ese fue el tiempo que tardó el Málaga en marcar el primer gol. Ahora el enemigo número uno de Adolfo era portugués y se llamaba Duda. El Madrid no reaccionó hasta el 82, cuando Van der Vaart empató el partido. De nada servía que hubiese tiempo para marcar otro, el Barça ganaba al Valladolid 4-0 a falta de los mismos minutos para el final.

Un culé se empeñó en recordárnoslo al pasar pitando indiscriminadamente por delante de nuestro bar. Encontró como respuesta una voz temblorosa y llena de rabia: “¡Ojalá se te gaste la batería de tanto pitar, gilipollas!” Lo sucedió un llanto. Las páginas económicas se humedecieron. ‘El Salmonete’ era de los nuestros.

****Este FLECOS es una pieza de ficción, a diferencia de todos los publicados hasta la fecha, que eran columnas que recogían experiencias y reflexiones reales. Por ello, ni ‘El Salmonete’, ni Adolfo existen. Lo único verídico es que el Madrid perdió aquella Liga en la última jornada. A partir de ahora, si volvemos a publicar algún FLECOS de ficción lo especificaremos al final de la pieza***

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