La bandera de Portugal ondeando al viento
La bandera de Portugal ondeando al viento | Foto: Pixabay
DAVID FERREIRO PÉREZ

@ferrekt

La Primeira Liga es una competición tremendamente jerarquizada. Los primeros puestos suelen estar adjudicados a «Os Três Grandes«, como se conoce popularmente al tridente formado por Benfica, Porto y Sporting de Portugal. Tras ellos, y cada vez más integrado, solemos encontrar al SC Braga. Hasta este punto, la historia se nos puede hacer parecida por España, con el símil (salvando los niveles) del cuarto equipo al remolque que, en el caso español, estaría representado por el Sevilla.

Mucho, pero para pocos

Volviendo a Portugal y después de estos cuatro equipos, dos de la capital y los otros dos de las urbes más importantes del norte, vienen una retahíla de conjuntos más o menos asentados que se dividen los puestos «tranquilos», esperando a que ningún ‘outsider’ gane la Taça y puedan acceder a competición europea con el quinto puesto de la Primeira Liga.

Entre estos, destaca el Vitoria SC de Guimaraes, aunque encontramos otros clásicos como el CS Marítimo, el Boavista o el Belenenses. Bien, aquí si nos paramos a analizar solo a estos cuatro equipos, podemos encontrarnos con una tendencia que ejemplifica a la perfección la existencia de un problema demográfico en el país luso.

Y es que por un lado, nos encontramos con que el Vitoria se encuentra ubicado en el distrito de Braga, mientras que Belenenses se encuentra en el de Lisboa y Boavista en el de Porto. El único equipo que huye aquí de este tópico es el Marítimo, asentado a kilómetros de la costa continental en la Isla de Madeira. Pero, ¿por qué es esto un problema?

Una cuestión geográfica

Bueno, para comenzar, no se trata de un problema meramente deportivo, si no que refleja la peculiar distribución del país vecino. Portugal se divide en primera instancia en 18 distritos y dos regiones autónomas, una organización territorial parecida a la que se puede encontrar en España con las comunidades autónomas.

Pues bien, entre esas 20 entidades administrativas se reparten de forma poco equitativa los más de 10 millones de habitantes que tiene el país. Así, por ejemplo, entre los distritos de Lisboa (2,8 millones de habitantes) y de Porto (1,7 millones) aglutinan casi la mitad del total del país (4,5 millones) a pesar de ser, respectivamente, los decimosexto y decimocuarto en extensión, mientras que otros como Bragança o Beja, este último el más extenso de todos, apenas rondan el 1% de la población total del país.

Este dato ejemplifica a la perfección el hecho de que la población lusa se encuentra muy poco esparcida por el territorio, poblando núcleos muy concretos. Y esto, queridos lectores, es un problema que se termina desplazando también al fútbol, a pesar de que, como se pudo ver en las celebraciones compartidas por la selección lusa, todo el país siente este deporte por igual.

Portugal, un país de ciudades y costas

Lanoyta, CC BY-SA 4.0 <https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0>, via Wikimedia Commons
Lanoyta, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons extraído de: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/48/Densidad-Portugal-2020.png

Sin embargo, el problema va más allá de la concentración de población en torno a los grandes núcleos urbanos, ya que la tónica se repite si observamos la distribución por distritos, con una clara tendencia que muestra un abandono no solo de las zonas rurales, que también, si no una despoblación progresiva de los distritos del interior a favor de las zonas costeras, tal y como se puede ver en la gráfica.

El motivo de esto responde a cuestiones económicas, tras años de desarrollo de las industrias y de los servicios en torno a estos lugares, lo que incentivó la creación de empleo en dichas zonas y, con este, la mudanza de muchas personas. Así, podríamos afirmar que la Portugal vaciada responde, más bien, a la falta de oportunidades.

Conscientes de un problema que hasta hace décadas parecían obviar, desde el gobierno luso llevan varios años tratando de implementar medidas para incentivar a la población a ‘repoblar’ las zonas más desamparadas, como el reciente cambio de sedes de varias secretarías del Estado a fuera de Lisboa.

Al mismo tiempo, también están tratando de poner en marcha medidas específicas para convencer a los más jóvenes, cuya diferencia es especialmente abrumadora según los datos oficiales, con el 85% viviendo en las zonas de litoral. Estas medidas incluyen desde ayudas laborales a descuentos en los alquileres.

¿Cómo afecta esto al fútbol?

Pues bien, este problema afecta también al fútbol luso, que del mismo modo se ha ido desarrollando de forma desigual en función de las zonas con mayor poder adquisitivo y con más habitantes, que a su vez también son potenciales aficionados o incluso socios de los clubes. El deporte rey se abre paso por todos lados, pero solo florece donde tiene oportunidades.

Así, el fútbol luso refleja a modo de espejo la situación del país demográfica y económicamente, con una mejor situación de los clubes situados en distritos costeros y con más peso en la zona norte del país, decayendo según se desciende con el perdón de Lisboa.

Equipos en Primeira Liga de Portugal durante la última década | Fuente: Elaboración propia
Equipos en Primeira Liga de Portugal durante la década 2011/2020 | Fuente: Elaboración propia

Sin embargo, sí existen pequeñas salvedades, como podría ser Faro, un distrito con un PIB de los más altos del país y en el que residen en torno al medio millón de habitantes, pero que apenas ha tenido fuerza en lo futbolístico, con solo tres representantes durante la última época de forma intermitente.

Más numerosos han sido los distritos de Lisboa y Porto, con cuatro equipos en 10 temporadas, además de Braga, que con seis equipos es el distrito más diverso. Por rizar el rizo, estos tres destacan por ser los más regulares, ya que los dos norteños han tenido al menos tres representantes durante toda la década, mientras que la capital ha contado con su ‘triplete’ durante los últimos nueve años.

Desigualdad latente

En el siguiente nivel encontramos el distrito de Aveiro y la región autónoma de Madeira, con tres conjuntos diferentes cada una. La isla, además, consiguió todo un hito al juntarlos a los tres en la misma campaña, la 2015/16.

Hasta este punto, podemos ver que en realidad el grueso competitivo se encuentra en torno a unos pocos lugares, aunque también otros distritos pudieron gozar de la representación de un equipo aunque fuera durante una sola temporada. Sin embargo, aquí nos encontramos, de nuevo, con la diferencia entre el litoral y el interior.

Solo dos distritos de interior, Viseu y Vila Real, han competido en la máxima categoría, mientras que en el litoral han tenido representación la región de Azores y los distritos de Coimbra, Leiria y Setúbal, esta última con el plus de la proximidad a Lisboa.

De los costeros solo se escapan dos, Viana do Castelo y Beja (que además cuenta con gran parte de su territorio en el interior), mientras que en el caso de las zonas sin mar son seis los distritos sin representación (Bragança, Guarda, Castelo Branco, Santarém, Portalegre y Évora).

Lejos de ser una situación puntual, esta misma distribución apenas varía con el paso de los años, incluso teniendo en cuenta el aumento de los participantes en la liga, además de que se replica en todas las divisiones inferiores a diferentes escalas. Esto demuestra que, a pesar de que la pasión sea la misma, el fútbol en Portugal es solo para unos pocos, mientras que los títulos casi para los de siempre. Aunque quién sabe, quizás con los años y la recuperación de ciertas zonas, Portugal sea un país más equitativo, en la vida y en el fútbol.

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La reestructuración de Os Belenenses

*NOTA: Los datos que figuran en este artículo corresponden, exclusivamente, a la década comprendida entre 2011-2020, por lo que los equipos analizados son los participantes en las diez temporadas celebradas en este periodo (2011/2012-2020/2021).

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