DAVID FERREIRO PÉREZ
A unos 16 kilómetros de la ciudad de Guimarães (la más cercana) pero integrada en el distrito de Porto, se encuentra Vila das Aves, una pequeña localidad de apenas 8.500 habitantes. Es una zona con una industria eminentemente textil y cuya tranquilidad y calma denotan la sosegada vida de los pequeños núcleos de población. En esta zona del norte de Portugal nació en 1930 el Clube Desportivo das Aves, un humilde club fundado por un grupo de amigos.
Históricamente estamos hablando de un club más en Portugal. No por nada, se trata de un equipo humilde que representa a un pequeño pueblo norteño, zona históricamente dominada por los grandes equipos de las ciudades de Porto, Guimarães y Braga. El Aves nunca había conseguido mayores hitos que el de jugar, de forma esporádica, en la máxima categoría del fútbol luso. Al menos, hasta la pasada década.
Escalando desde el fango
Gran parte de los habitantes de esta freguesía (forma de administración entre municipios que se utiliza en Portugal) son seguidores de los grandes. Del Despotivo das Aves, como pasa en muchas zonas de España, se suele ser como segunda opción. Este modesto conjunto tocó la gloria por primera vez en la temporada 1985/86, al disputar su temporada debut en la Primeira Liga tras proclamarse campeón de la Liga da Honra la campaña anterior.
Y lo cierto es que hasta hace bien poco esa liga de plata era el único trofeo que adornaba sus vitrinas. Bueno, y años después también, aunque no porque no hayan vuelto a ganar. Es difícil de explicar, por lo que lo dejaremos para un capítulo aparte que explicaremos más adelante. Ver para creer, pero es que a veces la realidad supera por mucho a la ficción.
Siguiendo con la trama, los rojiblancos no volvieron a la máxima categoría hasta el siglo XXI. Lo harían en dos ocasiones: en la 2000/01 y en la 2006/07, aunque en ambas el resultado fue el mismo, dando con sus huesos de nuevo en la segunda categoría. Esta etiqueta de ‘ascensor‘ ocasional se la conseguirían quitar de encima entre la 2017/18 y la 2019/20, firmando tres temporadas en la Primera División de forma consecutiva.
La moneda de cara
Sin duda, la más especial, sería la primera de ellas. A pesar de ser un equipo bastante humilde, el Desportivo compitió a buen nivel en Primeira, alcanzando la 13º posición en la tabla clasificatoria. Sin apenas nombres de relumbrón, el Aves liderado por José Mota en los banquillos contaba en sus filas con algunos conocidos como Fernando Tissone, Alexandre Guedes o una leyenda ya venida a menos como el guardameta internacional Quim.
Pero aunque ya con eso hubiera sido una buena campaña, los norteños hicieron historia, de la de verdad, en la Taça. Poco a poco fueron pasando de rondas con cierta fortuna en los cruces, venciendo a equipos de un nivel inferior como el União Madeira, Vila Real o Leiria. En cuartos vino la prueba de nivel contra el Rio Ave, a los que consiguieron vencer en los penaltis después de un frenético 4-4 en los 120 minutos.
De la gloria…
Llegaron a semifinales con gigantes como el Porto o el Sporting, pero la moneda volvió a caer de cara y se enfrentaron a un equipo de tercera como el Caldas SC. Una de las dos «cenicientas» llegaría a la gran final, y aunque el Caldas dio el callo durante toda la competición, serían los rojiblancos los que sellarían su pase con sendas victorias por 1-0 y 2-1. Estaban tocados por una varita.
Y así siguieron. En la gran final se enfrentaron a un Sporting de Portugal inmerso en una gran crisis social que, para más inri, no tuvo el día. La moneda volvió a salir de cara y el Desportivo Aves le pintaría la cara a los ‘Leões‘ ganando por 2-1 en un partido en el que brilló Alexandro Guedes con un doblete. Los aficionados desplazados hasta Estadio Nacional do Jamor de Oeiras vibraron con el primer (y hasta la fecha último) título de su historia.
… al caos (en los despachos)
Pero aunque ganar un título es algo muy bonito, lo que vino después no lo fue tanto. El club no gozaba de buena salud en el plano institucional y económico y eso no tardó en afectar a todos los demás ámbitos. El equipo había conseguido clasificarse para la Europa League de la siguiente temporada… pero nunca llegaron a disputarla por no entregar la documentación a tiempo. Para muestra un botón, que se dice.
A pesar de todo esto, el equipo consigue una buena 14º posición en Liga, alcanza los cuartos de Taça y da la cara ante el Porto en la Supertaça, aunque perdiendo 3-1. El caos de verdad llegaría al año siguiente, cuando la situación comenzó a flaquear en lo deportivo quedando colistas de la categoría, con una destacada sentada de los jugadores en medio de un partido.
Las irregularidades en el club llevaron a la Liga Portuguesa a descenderlo una categoría más, dando con sus huesos en tercera. Tal fue el caos que rodeó al club, que la Taça conquistada en 2018 encargada de presidir el estadio desapareció. Nadie sabia dónde estaba. ¡Y a mayores perdieron las llaves del estadio! Ver para creer.
La situación terminó estallando por los aires y el club se vería obligado a refundarse. Tocaba empezar desde lo más bajo y lo hicieron con el nombre de Clube Desportivo das Aves 1930, jugando en las categorías menores del distrito de Porto y recuperando, poco a poco, todo lo que un día le perteneció.