LUCAS MÉNDEZ VEIGA
Tuvieron que pasar 119 años para que un técnico italiano levantase la prestigiosa Premier League. Fue Carlo Ancelotti el que alzase con su Chelsea en la 2009/2010 el cetro de campeón británico. En una liga que siempre ha presumido de su producto nacional los italianos han sido, últimamente, los grandes conquistadores de la afamada competición inglesa. Todo ese talento para dirigir otros talentos se ha gestado en Coverciano, un pequeño barrio de la zona sudeste de Florencia y donde la FIGC —Federazione Italiana Gioco Calcio— tiene su centro de operaciones.
Bel lavoro
Trabajo, trabajo, trabajo. Esa es la filosofía entre las paredes del cuartel general de la FIGC. Allí donde se gestará el éxito de la nación en sus diferentes conjuntos. Después de Carletto, llegaron más técnicos italianos que se alzaron con el cetro inglés: Roberto Mancini, Claudio Ranieri o Antonio Conte. Los logros serían coincidencia si no fuese por un denominador común: la escuela calcistica toscana.
Antes de que Pep Guardiola levantase el título de la Premier, Antonio Conte había encadenado cuatro trofeos ligueros consecutivos, tres con la Juve y un paso por la Azzurra de por medio. Sus revolucionarios métodos permitieron la explosión de jugadores nacionales como Azpilicueta o Marcos Alonso. Su propio compatriota Ranieri consiguió, por su parte, lo impensable. Alzarse campeón con el modesto Leicester City. El conjunto de los Foxes reinvindició el poder de los ‘pequeños’ y de los sueños. Contra todo pronóstico, y sacando lo mejor de gente como Vardy, Mahrez u Okazaki, Il Padrino Ranieri consiguió el ansiado trofeo.
La escuela: ‘Casa Italia’
Ranieri se convirtió en leyenda de la Premier al alzar la copa de campeón con el modesto Leicester. Más tarde llegaría también Antonio Conte para triunfar
Coverciano es una de las escuelas futbolísticas más respetadas del mundo. Roberto Mancini fue uno de los primeros en sentar las bases del fútbol italiano en Inglaterra. Con el proyecto faraónico del Man City, Mancini consiguió poner la primera piedra del éxito con una Premier ansiada por los sky blue. El Coverciano está situado en un pequeño barrio a las afueras de Firenze, en plena Toscana italiana. «Esta escuela no ofrece una verdad, ofrece posibilidades», admitió una vez Marcello Lippi, el último que consiguió que el país transalpino fuese campeón del mundo y centro del universo futbolístico mundial.
Cosas del lavoro italiano: no se insiste en una línea de juego. No se persiste en una filosofía y se trabaja para que los técnicos se amolden a las circunstancias para sacar lo mejor de sus pupilos. Aprovechar el máximo rendimiento y las circunstancias del partido. De esta forma, el Chelsea de Conte fue capaz de desplegar un auténtico vendaval ofensivo y ser capaz de replegarse con absoluto éxito cuando se veía el peligro. Un equipo hecho a medida de su técnico, un equipo fatto nel Coverciano.
Conte logró imponerse en un Premier que ha cambiado con esa estrategia. Una liga en la que solo cuatro de veinte técnicos son ingleses. Desde la temporada 1992-93, desde que se llama Premier League, ningún entrenador británico ha logrado alzarse con el codiciado trofeo. En países como Inglaterra, Alemania o Rusia, allí donde entrenaron Conte, Ancelotti o Massimo Carrera, ya saben de qué va el método italiano. En media Europa, los títulos parlano italiano. El Coverciano marca tendencia.
También te puede interesar… ‘Viajes por Italia’
Fuente imágenes de la galería: Claudio Ranieri – @cfcunofficial (Chelsea Debs), CC BY-SA 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=48814813 | Antonio Conte – Brian Minkoff-London Pixels, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=56151469