LUCAS MÉNDEZ VEIGA

@LMendez8

En Milán, la ciudad de la moda italiana, existe un proyecto futbolístico que defiende la parte artística de este deporte. No es un equipo profesional, pero se cuida hasta el último detalle. En el día del gran Derby di Milano y no muy lejos de San Siro, se disputaba un partido a priori desnivelado: el imbatido líder contra uno de los equipos del vagón de cola de una liga amateur.

Esta es la crónica de una victoria que refuerza una forma de hacer las cosas. Hablamos de la AS Velasca, un equipo diferente que está rompiendo todos los moldes en el calcio.

Un proyecto global

El Velasca nace para representar el sentido artístico del fútbol y como un proyecto global que represente a la Milán moderna | Lucas Méndez
El Velasca nace para representar el sentido artístico del fútbol y como un proyecto global que represente a la Milán moderna | Lucas Méndez

Para hablar de la AS Velasca hay que comenzar por el principio. El proyecto surge a caballo entre Francia —donde están algunos de sus dirigentes— y Milán, donde el equipo desarrolla su actividad futbolística y artística. Hasta allí nos fuimos a visitarles. Hablar de este equipo es hacerlo de uno de los conjuntos más trabajados a todos los niveles. El encargado de prácticamente todo lo que gira en torno a la escuadra es Wolfgang Natlacen, presidente del club, y el que responde a la llamada de Mundo Esférico.

La torre Velasca, simbolo de la Milán moderna, amada y odiada a partes iguales | Lucas Méndez
La torre Velasca, simbolo de la Milán moderna, amada y odiada a partes iguales | Lucas Méndez

Según su propia definición, el Velasca cree en el sentido artístico del fútbol. En que un jugador, cuando golpea un esférico, está creando algo. “El arte no tiene por qué gustar, solo generar algo en el público. Lo mismo creemos del fútbol”, comenta. La idea del amor-odio es algo que, según palabras de su presidente, representa bien a la Velasca y a Milán. Hay quien dice que la capital de la Lombardía es una urbe moderna y cosmopolita y habrá quienes digan que es una ciudad sencillamente fea.

Lo mismo ocurre con la gran torre Velasca. De estilo brutalista y racionalista, representa la Milán moderna. Sufrió bombardeos americanos en 1943 y está situada muy cerca del gran monumento, el Duomo. Hay milaneses a quienes les gusta como parte del skyline y quiénes la aborrecen. “Es el símbolo perfecto para nosotros”, sentencia sonriente ‘Wolf’ —sobrenombre cariñoso con el que se le trata dentro del club—.

A pesar de nacer como un equipo franco-italiano, solo se entiende como un conjunto global que pretende expandir su identidad e idea de club más allá de las fronteras transalpinas. De ahí que, mientras otros conjuntos amateurs de su liga juegan torneos menores por el simple hecho de ganar algo, Natlacen coge a sus jugadores y se los lleva de gira. Como los grandes equipos en las pretemporadas veraniegas: “Hemos estado varias veces en Francia, la última en Metz, y la próxima salida con los jugadores será a Johannesburgo”, añade.

Subsistiendo gracias al arte

Una de las cosas más sorprendentes y que comenta orgulloso su presidente es el patrocinio de la marca francesa de ropa Le Coq Sportif. “Somos uno de los cinco equipos esponsorizados por Le Coq. Los otros cuatro son profesionales, entre ellos la Fiorentina o el Saint-Éttiene”.

Además del patrocinio del gallo, cada año su camiseta se convierte en un lienzo en blanco que utilizan para que el segundo espónsor, un artista, plasme su idea. “El diseño de la equipación corre cada año a cargo de un artista diferente. Plasma su idea en nuestra camiseta y hace una pequeña aportación, o bien económica o bien en obras de arte con las que el club se sostiene”, comenta Natlacen.

Hasta la tablilla de cambios está personalizado en un mundo amateur con pocos casos de este tipo. Por algo el Velasca es el único de los cinco equipos esponsorizados por Le Coq Sportif que no es profesional | Lucas Méndez

La venta de camisetas, auténticas reliquias, supone el primer sustento del equipo no profesional. A pesar de postularse —y haber nacido— contra todo lo que supone el fútbol negocio, reconocen que sin algunas de las virtudes de esta globalización del esférico no podrían subsistir. Al principio, la Velasca no tenía casi aportaciones.

Con el devenir de los años, las llamadas de grandes medios internacionales o de organismos como la FIFA para contar su historia, han ido ampliando el rango. “Hoy tenemos seguidores en todo el mundo, aunque principalmente las compras llegan desde Francia e Inglaterra. No estoy a favor de cambiar de camiseta cada año pero es lo que nos permite vivir. Hacer nuestra camiseta cuesta cerca de cien euros, en cambio decidimos venderlas por mucho menos. No nos interesa hacer dinero, solo sacar el proyecto adelante”, incide Natlacen.

Wolfgang Natlacen, presidente de la A.S. Velasca, posando con la segunda equipación de esta temporada | Lucas Méndez
Wolfgang Natlacen, presidente de la A.S. Velasca, posando con la segunda equipación de esta temporada | Lucas Méndez

Con un precio ligeramente superior a los 40€, la camiseta de la AS Velasca supone una delicia para los amantes de las prendas deportivas. Una que no debería faltar en la colección. Y es que cada año, su equipación posee una característica visual diferente. Desde letras chinas, un rompedor logo-crítica a Nike y Adidas pasando por las actuales: la primera, de color rojo, con un gran agujero negro en el centro y la segunda, en blanco roto, que deja ver todas las ‘entrañas’ de los jugadores’.

Cada una de las zamarras que comercializan son únicas, confeccionadas con su obra de arte hecha a mano y de edición limitada. Eso da valor a la prenda y permite diferenciar el arte. “No hay una camiseta igual y todas llevan un proceso de creación por parte del artista que confiere a la camiseta un valor único. Creemos que falta naturalidad y explotar esta vertiente artística del fútbol“, dice su presidente.

Sus camisetas no son lo único que les representa. En el campo de juego de la US Triestina en Milán sacan a relucir todo su sentimiento artístico. Los banderines de córner son obras de arte. También los petos que sus jugadores utilizan en los banquillos y para calentar. Lo mismo con los petos de la prensa acreditada o la tablilla con la que anuncian los cambios que el entrenador quiere realizar.

Además, el club decide no cobrar entrada en sus partidos como local, presenta incentivos como comida y bebida gratis en muchos de sus encuentros y promociona en sus redes sociales los mismos con carteles cuanto menos curiosos y rompedores hechos por sus seguidores. “Nos parecía aburrido hacer el típico cartel de x equipo contra otro. Para nosotros es un juego en el que todos nuestros seguidores, gente del club o jugadores pueden formar parte creando su cartel”, añade Natlacen.

El arte convive en cada pequeño detalle, también en las entradas del club. Más ejemplos en su perfil de Instagram @ASVelasca | Lucas Méndez

Ganar para reforzar una idea

La jornada que acudimos a conocer la historia de la Velasca el reto era mayúsculo. No acudiríamos a un partido cualquiera. El equipo milanés se la jugaba contra el líder todopoderoso de su liga, la Terza Categoria de la FIGC —Federazione Italiana Giuoco Calcio—, la Suprema ODB. Se trataba de uno de los descendidos de la segunda categoría e invicto hasta la fecha y muy pocos, en el seno del conjunto rojinegro, confiaban en una victoria.

“Yo sí creo en hacer algo importante hoy. No habría venido desde París si no creyese. Si preguntas a los jugadores habrá división de opiniones”, comentaba entre risas Wolfgang en la previa del encuentro.

Estamos en contra del fútbol-negocio pero es lo que nos ata a nuestros seguidores. Es un proyecto global y tenemos peticiones de todo el mundo. La globalización del deporte nos permite vivir – Wolfgang Natlacen, presidente de la AS Velasca

Lo cierto es que se preparó todo al milímetro, conscientes de que una victoria contra el conjunto más fuerte de su liga sería una inyección de moral increíble en un año difícil tras dar el salto esta misma campaña de una liga amateur a una mayor que ya organiza la federación italiana. En el vestuario el sentimiento era de gran responsabilidad. La previa se desempeñó acorde a las grandes citas. Todos estaban ya preparados y eso que un servidor se imaginaba que el gran partido se jugaría a las 20:30 en San Siro. No fue así.

El ambiente tensionado en el terreno de juego hacía presagiar un partido trabado. La primera mitad comenzó igualada, muy igualada. Un primer paso: un empate que —casi— todos vestidos de rojo parecían firmar antes de que rodase el balón. El fútbol no profesional viene a ser igual en casi todos los países. El nivel es el que es pero eso no significa que no vayas a vivir emociones fuertes.

El partido en general y los goles que el Velasca endosó al todopoderoso e invicto Suprema no distan mucho de las grandes celebraciones y alegrías que se llevan los gigantes del balompié al levantar una Liga. Fueron dos tantos —el segundo de bella factura— y algo más que tres puntos. El proyecto del equipo de Milán aspira a asentarse como tercer conjunto de la ciudad en importancia después de los grandes trasatlánticos que posteriormente se batieron en un duelo por la Champions en el gran recinto futbolístico italiano.

Fútbol y arte de la mano en la AS Velasca | Lucas Méndez
Fútbol y arte de la mano en la AS Velasca | Lucas Méndez

Una victoria no muy esperada que sirve para reafirmar una idea y una forma de hacer la cosas. Sirve para que la AS Velasca, un club especial y diferente, siga creciendo y creyendo que se puede. Nos vamos del campo convencidos: hay mucho de arte en el fútbol. ¡Forza Velasca!

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