CARLOS RIANDE CORTIZO
«Sé que ese recuerdo me va a acompañar toda mi vida». Los hijos que experimentan violencia de género no sólo sufren consecuencias inmediatas, sino que esta también interfiere en el desarrollo del niño a largo plazo. Estas experiencias pueden afectar al desarrollo emocional, físico o cognitivo del pequeño y, en el caso de violencia crónica, los daños pueden ser muy traumáticos.
De hecho son varias las investigaciones en las que se ha encontrado que entre el 50 y 70% de niños expuestos a violencia de género presentan trastorno de estrés postraumático. Jakub Blaszczykowski (Czestochowa, 1985), futbolista polaco y autor de la declaración del inicio, vio con 11 años cómo su padre asesinaba a su madre.
El trauma infantil de Kuba Blaszczykowski
Kuba, como se conoce a Blaszczykowski por la complejidad de su nombre, fue testigo de la peor escena imaginable para un crío. Su padre apuñaló a Anna, su madre, hasta matarla ante la mirada impávida de su hijo. «Fue como si una roca hubiera caído sobre mi cabeza y una semana después despertara y tuviera que volver a comenzar con mi vida», reconoció con el tiempo. A partir de ese momento, su abuela se hizo cargo de él.
A pesar de que se pueda sobreentender, es necesario apuntar el aumento de los factores de riesgo si la pérdida del progenitor se produce de forma violenta o inesperada. Los signos de alerta, varían según la edad, para hacer pensar que se está en presencia de un duelo complicado pueden ser muy variados: llanto frecuente, agresividad, miedo a quedarse solo, disminución del rendimiento escolar, alteraciones del sueño, apatía, pérdida de interés por las actividades que antes resultaban agradables…
Jakub quiso dejar de jugar en el equipo de su pueblo, el Rakow Czestochowa. Fue su tío, Jerzy Brezczec, excapitán de la selección polaca y plata en Barcelona ’92, quien le animó a continuar con el deporte que llevaba dentro. Pocos años después firmó por el Wisla de Cracovia, donde jugó dos años. A pesar de esta corta estancia, como veremos más adelante, sería un club muy importante para Kuba. En el 2007 pega el gran salto y pone rumbo a la Bundesliga, concretamente al Borussia Dortmund. Allí logra hacer una gran carrera y levantar hasta seis títulos germanos.
Tema tabú
Los expertos, a nivel general, recomiendan educar para la muerte desde los primeros años. Quitar dramatismo a un hecho natural que nos rodea en todo momento. Claro que el caso de Kuba Blaszczykowski se aleja un tanto de las estrategias para un tratamiento adecuado. No perdió a su madre por muerte natural sino que fue asesinada por su propio padre. El shock es todavía mayor.
La importancia de la intervención psicológica en estos casos es avalada por las pruebas que existen de que los trastornos depresivos y los intentos de suicidio son más frecuentes en los adultos que vivieron durante su infancia esta pérdida. «A este respecto, quizás la etapa más vulnerable esté entre los 10 y los 14 años. La pérdida de la madre suele ser más significativa y se asocia muchas veces con episodios en la vida adulta de agorafobia, ataques de pánico u otros trastornos de ansiedad», concluyen Amalio Ordoñez Gallego y María Antonia Lacasta Reverte, miembros del departamento de Psicología Clínica en el Hospital Universitario La Paz, en Madrid. Jakub Blaszczykowski sufrió las dos descripciones: mataron a su madre en una edad ya de por sí inestable, a las puertas de la pubertad.
Situación en España
No hay un recuento oficial de los hijos huérfanos por violencia de género en España. Ya es algo que habla por sí sólo. Desde la entrada en vigor de la Ley Integral contra la violencia de género en 2005 se calcula que son entre 500 hijos e hijas los afectados. Es por ello que organizaciones como la Fundación Mujeres exigen que el Estado los reconozca como víctimas y establezca pensiones específicas para ellos.
Del mismo modo la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) exige el reconocimiento automático de la pensión de orfandad a todos los menores de edad huérfanos a causa de la violencia de género. Esta sería con independencia de la situación laboral en que se encontrase su madre asesinada. Son muchos los casos en los que familias, tíos o abuelas, como en el caso de Kuba, se ven obligados a asumir la tutela de los menores con todos los gastos que eso supone.
Ha quedado demostrado que la vida de Kuba no es un camino de rosas. Le golpeó desde pequeño, consiguió reponerse y ahora sirve de ejemplo e inspiración. El último gesto del polaco como futbolista tuvo como protagonista al Wisla, aquel equipo en el que militó dos años pero cuya importancia es mayor para el centrocampista.
Junto con otro empresario, prestó al conjunto polaco una cantidad cercana al millón de euros para pagar los atrasos de los futbolistas y el personal del club. Es la segunda vez que lo hace en los últimos doce meses. Pero todavía hay más. Después de separarse del Wolfsburgo estuvo entrenando con el Wisla por unos días y jugará en una ronda de primavera.
Jakub Blaszczykowski acabó siendo el refuerzo estrella del Wisla, jugando gratis para tener un equipo fuerte a su alrededor al mantener a los jugadores importantes en el equipo y devolverle a su equipo la ayuda y la formación prestada en sus primeros años, los más duros de su vida.