DAVID FERREIRO PÉREZ
La irrupción de Diego Capel en el fútbol nacional fue tan impactante como efímera. En pleno apogeo de uno de los mejores Sevilla FC de la historia, el almeriense se convirtió en fundamental con tan solo 19 años. De hecho, debutó con el primer equipo hispalense mucho antes, cuando apenas soplaba las 16 velas. Su larga melena rubia y su particular forma de correr se convirtieron en habituales en la banda del Sánchez-Pizjuán. Una carrera que parecía ir viento en popa, pronto se torció.
En su momento, Diego Capel se convirtió en el ídolo absoluto del Ramón Sánchez-Pizjuán y uno de los grandes atractivos de LaLiga. Fueron cuatro temporadas en las que el jugador almeriense tuvo momentos con un gran estado de forma, que le valieron para ser convocado en varias ocasiones con la selección española, con la que llegó a jugar dos partidos. Incluso se le llegó a relacionar con equipos como el Real Madrid, el FC Barcelona o el Tottenham Hotspur.
Las comparaciones son odiosas
Parecía predestinado a ser un mito, una leyenda del campo hispalense, un jugador para una década. Pero, poco a poco, se fue apagando, como muchas otras perlas del fútbol que no supieron mantener su nivel. Y es que a esas edades hay que tener paciencia. Los focos mediáticos son devoradores, las comparaciones engañosas y, como ya se sabe, en este deporte un día eres ‘Dios’ y al siguiente el peor de los humanos. No sabremos si fue cuestión de nivel, de presión o de prisas, pero Capel se fue perdiendo poco a poco.
Encumbrado por la prensa andaluza al nivel de Messi y Cristiano Ronaldo, su nivel fue decreciendo hasta que, en la temporada 2010/11, fue teniendo menos importancia y perdió su lugar en el once contra el argentino Diego Perotti. Viendo peligrar su futuro, Capel decidió hacer las maletas con la clara intención de retomar su mejor versión. Aunque, por desgracia, jamás lo consiguió.
Un curioso tour por Europa
Su carrera comenzó en un destino extraño; Portugal. Quizás no era un paso adelante, pero el Sporting de Portugal parecía un lugar ideal para seguir creciendo. Era una apuesta arriesgada. En Lisboa pasó cuatro temporadas, yendo de más a menos y siendo incapaz de conseguir una regularidad que le devolviera de nuevo al primer plano europeo. Su paso por el equipo verdiblanco no se puede tratar de fiasco, pero tampoco de éxito rotundo.
Tras esas cuatro temporadas, Capel decidió continuar su carrera en la Serie A, aterrizando en un clásico como el Genoa. Allí tampoco consiguió hacerse un nombre y su nivel, poco a poco, fue decreciendo de forma considerable. Tras una única temporada en Italia, el almeriense hizo las maletas de cara a jugar en el equipo más grande de la Jupiler League; el Royal Sporting Club Anderlecht. Con el equipo púrpura volvió a disputar competición europea y a contar con una buena cantidad de minutos a sus espaldas, pero no fueron razones de peso para continuar en Bélgica.
Tras su paso por Bruselas, Capel se quedó una temporada libre, sin dejar de entrenar y soñando con una última gran oportunidad a la treintena. Su siguiente destino, sin embargo, dejó boquiabierto a todo el mundo. En un movimiento que muy pocos esperaban, Diego Capel aterrizó en el Extremadura U.D. de la Segunda División española, donde pudo volver a disfrutar del fútbol en una quincena de partidos.
Sin embargo, Extremadura no iba a ser su destino final, desvinculándose del equipo azulgrana en verano de la temporada 2018/19 para quedarse libre. Seis meses después, Diego Capel experimentará una nueva aventura en una liga exótica, la maltesa, aterrizando en el Birkirkara en este mismo mes de enero. Un destino que pocos podrían vaticinar hace una década para un jugador que, para algunos, pudo tener una carrera mucho más brillante.