DAVID FERREIRO PÉREZ
Pasar 12 temporadas en el equipo de tu vida es algo que está al alcance de muy pocos. Hacerlo al máximo nivel en un Primera División, de menos todavía. Francisco Yeste es uno de esos afortunados. Su nombre siempre estará bordado en letras de oro en la historia del Athletic Club y su zurda recordada en el viejo San Mamés. Más de 300 partidos a sus espaldas lo convierten en el último gran ’10’ (relacionando su número con su posición en el campo) de la historia reciente del club bilbaíno.
Quilates en las botas
Fran Yeste siempre será un futbolista recordado con especial cariño en San Mamés. Un total de 19 temporadas en el equipo, la mayoría de ellas en el primer conjunto, muestran la relación entre el jugador y la institución, en la que el basauritarra fue ídolo durante prácticamente toda su trayectoria. Vivió de todo en Bilbao, desde el conocido como bienio negro, donde el equipo lo pasó realmente mal para mantener la categoría, a épicos encuentros por Europa con el equipo de sus amores.
Si algo se viene a la mente al pensar en Yeste es su zurda. Prodigiosa, con un golpeo espectacular. Muchos recordarán sus lanzamientos de falta, una de sus especialidades. El balón parado fue suyo durante muchas campañas, dejando grandes golazos -y dándolos- para el deleite de la parroquia rojiblanca. Era un jugador de los que hacían bueno el pago de la entrada, siempre y cuando estuviera inspirado. Aunque si algo se le puede achacar, deportivamente hablando a Yeste, fue su intermitencia.
El vasco mezcló partidos mágicos con otros para el olvido. Como los grandes magos, a cuentagotas. Pero siempre pareció que podía dar más. O al menos, todos queríamos que diera más. Sus grandes campañas, allá por 2004, le abrieron la puerta a la Selección española de Luís Aragonés, con la que, sin embargo, jamás llegó a debutar. Su caso es similar al de Mikel Arteta, por poner un ejemplo, por ser un jugador con las condiciones suficientes para ser internacional pero que, por unas cosas o por otras, se quedó por el camino.
Sobrado de calidad -y de polémicas-
Algo que le ha acompañado casi en toda su carrera ha sido la polémica. De diversas índoles y relacionados con varios temas. Por ello, en más de una ocasión se le ha comparado con Guti. Un jugador sin pelos en la lengua, con mucha calidad pero con cierta intermitencia también. Salvando las claras diferencias, especialmente en lo futbolístico, lo cierto es que no se trata de una comparación descabellada.
Varias salidas de tono, enfrentamientos en la cancha, problemas extradeportivos… Su carrera ha pasado por todo. Después de maravillar más de una década en Bilbao, sus posiciones se fueron separando de las del club de su vida, poniendo punto y final a su relación en 2010, cuando ya estaba lejos de su mejor momento. Su siguiente paso fueron los Emiratos Árabes Unidos, donde defendió la elástica del Al Wasl FC durante una temporada. Pero regresó a Europa para jugar en el Olympiakos, que comparte colores con el Athletic Club. Tras su breve aventura griega, volvió a los Emiratos un último año, con el Baniyas, para poner fin a su carrera.
Ahora su carrera se encuentra del otro lado de la línea de cal, como entrenador, pasando por el Club Deportivo Eldense en dos ocasiones y por el Getxo, en este último equipo para entrenar a los juveniles. Sin equipo, al menos por el momento, nadie sabe lo que le deparará el futuro. Quizás una vuelta a San Mamés desde los banquillos, en ese estadio en el que tanto ha hecho disfrutar con su fútbol.