A través de la cuenta de Twitter @NosRobaronEl se está organizando una campaña para encontrar los restos de Andrés Jaso | Cedida
A través de la cuenta de Twitter @NosRobaronEl se está organizando una campaña para encontrar los restos de Andrés Jaso
LUCAS MÉNDEZ VEIGA

@LMendez8

Imágenes cedidas por la familia Jaso y Mikel Huarte

Después de toda una vida buscándoles, Áurea, de 93 años, no pierde la esperanza. Su padre y sus dos tíos, uno de ellos apodado ‘El futbolista’, merecen un entierro digno tras más de ocho décadas desaparecidos. Este futbolista se llama Andrés Jaso. La suya es otra de tantas historias de memoria histórica, de reparación social que, gracias al poder del fútbol, busca compensar el daño, el olvido y el dolor causado a su familia.

«Hijo mío, contigo no ganamos para alpargatas»

Así le solía decir su madre, Demetria, cuando veía al pequeño Andrés patear cualquier cosa que se encontrase por el campo. A principios del siglo XX, tener un balón era una utopía. «No había ni una piedra, todo lo que encontraba lo pateaba», cuenta Áurea Jaso. El futbolista de esta historia nació en 1912 en la Ribera navarra. Mélida, un pequeño pueblo agrícola, pasó de ser un dominio real a otro señorial. Andrés fue el tercero de cinco hermanos de familia humilde y campesina. En su localidad comenzó a destacar por su talento con el esférico. Se escolarizó hasta los 14 y debutó con el Sporting Melidés con 16, coincidiendo con la fecha de fundación de dicho club en un encuentro frente al Luchana de Pamplona.

Con 18 años ya estaba en el equipo grande de Navarra. «Algún maestro del pueblo se fijó en él, empezó a crecer y ya acabó en Osasuna. Como este año es el centenario del club, es muy bonito recordarle. Descubrimos que lo tentaron en el Barça, fíjese usted», continúa su sobrina. Osasuna le firmó en 1930, aunque en la capital solo duraría una temporada. Formó parte del equipo reserva en una época en la que acababa de nacer la liga española y los rojillos estaban en Tercera División. Con su pase el año siguiente a Zaragoza, en 1931, empiezan las dudas sobre su historia y su recorrido vital. El Real Zaragoza nacería un año después fruto de la fusión entre Iberia y Zaragoza Club Deportivo, por lo que no se sabe a ciencia cierta en qué equipo jugó Andrés Jaso.

En su pueblo natal, Mélida, Jaso era una institución. Su sobrina Áurea todavía recuerda la vuelta del hijo pródigo al acabar sus temporadas de fútbol. Recibido como un ídolo por la chavalada del pueblo, le esperaba su familia con Aurelio, su hermano mayor sindicalista, al frente. «Recuerdo que cuando venía al pueblo, un sitio pequeño, era prácticamente el único que había salido de allí. En mi infancia veíamos a los jugadores de fútbol en las cajas de cerillas. Era impresionante cuando venía por la carretera, por la Avenida Zumalacárregui y estaba toda lleno. Siempre venía con un detalle para todos, con un juguete, telas que antes valían para confeccionar. Esas cosas quedan en la memoria aunque tenga muchísimos años», explica emocionada Áurea Jaso, que cumplió el 24 de agosto 93 años.

Andrés Jaso, con las camiseta del Sporting de Gijón y del Valencia CF  | Fuente: Cedidas

Del Zaragoza volvió a Osasuna y después pasó por el Sabadell. Entre medias, en abril de 1932, se había proclamado la Segunda República. Entre noviembre de ese mismo año y abril del 33, según se ha sabido recientemente, Andrés jugó de forma breve en el CF Mollet UE. Al finalizar en Cataluña, se fue a Valencia.

Allí jugaría dos años en el Levante UD de Tercera. Su potente disparo hizo que varios clubes grandes como el FC Barcelona o el Valencia sondeasen su fichaje. «Habría merecido más oportunidades», narraban los medios de la ciudad del Turia. Finalmente, Andrés Jaso fichó por el conjunto ché aunque solo disputaría un encuentro de liga, frente al Atlético de Madrid, y partidos de Superregional, torneos de carácter autonómico que valían la clasificación para el Campeonato de España en el primer tercio del siglo XX.

Parte de esa carrera frustrada en equipos grandes se debe a que Andrés estaba «más centrado en los amores que en el fútbol», según narra la prensa local de la época. El fútbol ya empezaba a ser el fenómeno de masas en el que se ha convertido. Su poder traspasaba regiones y los recuerdos de los futbolistas de la época, como Jaso, venían impresos en esas cajas de cerillas de las que habla Áurea y en los periódicos. Eran los años anteriores al estallido de la Guerra Civil.

Andrés Jaso sigue en Asturias

Es lo que continúan creyendo su sobrina Áurea y el hijo de ésta, Javi. El ‘tío futbolista’ se marchó para Gijón en 1935. Allí daría, sin saberlo, el último paso de su carrera fichando por 3.000 pesetas por un Segunda División, el Sporting. A pesar de sufrir una grave fractura, fue importante. Con la zamarra rojiblanca asturiana disputó cerca de una docena de encuentros anotando 8 goles. El equipo sportinguista tuvo sus opciones de ascender, quedándose a un paso de la liguilla que finalmente no disputó al empatar en la última jornada frente al Celta. De aquella época, Áurea recuerda que conoció por una foto a la novia de su tío Andrés.

Lo más verídico que sabemos en la familia es que está en una fosa común de Cangas de Onís. Es lo que yo creo aunque posiblemente no será. Estuve en el año 90 en Asturias y en el Molinón me dijeron que, por aquel entonces, habían retirado a directivos y futbolistas para no llevarlos al frente y a la guerra. En la asociación de fusilados hemos escrito muchas veces allí y no acaban de dar relación con esa fosa común de Cangas de Onís. Aun así, para mí es la versión más verídica

La guerra les sorprendió en Gijón. Mientras en Mélida se sucedían las detenciones, su familia intentó ponerse en contacto con él. Era julio del 36. En octubre del mismo año, su hermano pequeño, José, de solo 19 años, era fusilado junto a otros 225 navarros tras alistarse en el tercio de Sanjurjo para ‘salvar su vida’. El hermano mayor, Aurelio, padre de Áurea, moriría en noviembre del 37 defendiendo Madrid en la ciudad universitaria. Con Andrés, continúan las dudas.

Un documento le sitúa en el Batallón nº219, el llamado ‘Batallón Galicia’. Se sabe que Jaso fue llamado en Gijón para defender la República. Gracias a la Cruz Roja, la familia Jaso recibió una carta el 10 de octubre del 37. «Estamos bien», era el mensaje de Andrés. Por aquel entonces, la madre Demetria, abuela de Áurea, intentó tranquilizar a su nieta. «Están bien, tu padre ha ido en su busca». Al parecer, Aurelio le habría dicho a su madre que volvería de buscar a su hermano Andrés a las 48 horas. Todavía recibirían otro documento posterior, esta vez sin fecha: «Muerto por bombardeo». El 27 de octubre de 1937, Asturias ya estaba en manos de los sublevados.

Tras meses de investigaciones, se cree que el futbolista pudo morir en el mismo 37 en un bombardeo de aviación sobre la ciudad gijonesa. El Molinón fue su última voluntad. La familia cree que podría estar enterrado en una fosa común en Cangas de Onís (Asturias). Aquel verano, Andrés Jaso lo pudo pasar de forma tranquila con su novia, modista, y sus amigos del equipo. Hay documentos gráficos que le sitúan jugando una pachanga entre amigos con una camiseta incierta: o bien del Estrella Roja de Ceares —equipo anterior al de accionariado popular actual UC Ceares— o con la del Estrella de Gijón, club patrocinado por la marca de cerveza.

Áurea Jaso, desde entonces, espera a su padre y a sus dos tíos. Todavía recuerda cuando, después de la guerra, su familia y otras de izquierdas debían tener las puertas y ventanas de casa abiertas y portar una bandera blanca en los carros de cereal. Desde hace veinte años forma parte de la Asociación de Familiares Fusilados de Navarra (AFFNA). La actividad y el hermanamiento con otras familias le ha devuelto la ilusión por encontrar a los suyos. «Para mí ha sido una maravilla recordarle, era muy elegante. No es porque fuese mi tío, es que era elegante. Tengo fotos vestido de calle y era pura elegancia. A toda la familia nos ha traído arriba, nos ha emocionado toda esta campaña», dice.

Áurea Jaso cumplió 93 años el pasado 24 de agosto. Le gustaría poder enterrar a su padre, el hermano de éste y su tío Andrés 'El futbolista' | Fuente: @NosRobaronEl
Áurea Jaso cumplió 93 años el pasado 24 de agosto. Le gustaría poder enterrar a su padre, el hermano de éste y su tío Andrés ‘El futbolista’

Gracias al trabajo del periodista Mikel Huarte, que ha escrito el libro Rojos: Fútbol, política y represión en Osasuna -ya a la venta con el Diario de Navarra y en librerías el próximo mes de septiembre- se supo, entre otras, la historia de Andrés Jaso. En el año del centenario de un histórico de nuestro fútbol como Osasuna, del que Andrés formó parte en dos etapas como futbolista y fue hincha, se espera que el club colabore a esclarecer parte de su historia.

Osasuna tiene muchísima importancia para nosotros como navarros. Me gusta el fútbol pero sufro mucho viéndolo. Aun así, nunca soy capaz de irme a la cama sin saber qué ha hecho Osasuna. Creo que es toda Navarra, la pasión nuestra va dentro.Todo lo que sea Osasuna y que tenga que ver con el fútbol para mí es vida

Con el hashtag #ElFutbolistaDesaparecido y la cuenta de Twitter @NosRobaronEl, se busca crear una campaña que permita a Áurea dar un entierro digno a sus familiares. El poder del fútbol puede ayudar a sanar heridas muy profundas que llevan años sin cerrar.

 

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