ALBERTO ALGOBIA
Arranca una nueva jornada en las categorías más bajas del fútbol español. Cada fin de semana, equipos como la Agrupación Deportiva Arganda, el Club Deportivo Fortuna, o el mítico Compostela, buscan los tres puntos que les acerquen al fútbol profesional. Sin emabrgo, lo único que encuentran son obstáculos en el conocido como fútbol modesto.
En España, más de mil quinientos equipos forman estas categorías por debajo de la Segunda División, organizadas y supervisadas por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), que son catalogadas como semi profesionales, amateur o fútbol formativo. Estas divisiones mueven gran cantidad de espectadores los fines de semana, que viajan de pueblo en pueblo para ver y acompañar a estos jugadores que, en muchos casos, son familiares o amigos.
Un fútbol puro, sin grandes marcas detrás, pero que cada domingo llena de vida las calles y los estadios de toda España. Chicos y, en algunos casos, ya hombres, que disfrutan jugando al deporte de su vida, aunque pocos de ellos se acerquen a la máxima división nacional.
Sin embargo, este sentimiento tan bonito y genuino, se acaba cuando sus equipos no pueden sobrevivir a las duras condiciones a las que se enfrentan. Pocos apoyos por parte de la federación, sin ayudas para que los jugadores más jóvenes puedan compaginar deporte y estudios.
Jose Iván, del fútbol modesto a Estados Unidos
José Iván Muñoz, es ex jugador de la Agrupación Deportiva Arganda de la categoría Preferente, y es un claro ejemplo de las dificultades que pasan los futbolistas para crecer en el fútbol español, tratando de compaginar una carrera universitaria en ingeniería química y el deporte.
“Conforme me iba enterando, yo jugaba porque me gusta de siempre el fútbol y me gustará, lo que pasa que te das cuenta cuando te vas haciendo mayor con 16 o 17 años que puedes llegar a hacer algo. Pero con esa edad te das cuenta de que los estudios son más difíciles”, asegura.
Iván ha estado toda la vida jugando en diferentes equipos de la Comunidad de Madrid, pero una vez que alcanzó su etapa senior, con la entrada en la universidad, la cosa se truncó. Sin un salario que permita compaginar ambas actividades, no duda en culpar a la RFEF.
“Nosotros cobramos 100, 150 euros al mes, que te da para cubrir la gasolina, para ir, porque te gusta, y poco más. No te da para más. Y la gente que juega en segunda B… Tengo un amigo que estará cobrando 800 euros, como mucho. Yo creo que es dejadez”, destaca.
“La gente mayor que ha estado jugando conmigo, me decía que a mi edad en la Liga que estábamos, podía cobrar fácilmente 1.000 euros, incluso más. Y ahora no hay dinero, no hay ni un euro. Como la Federación no ayuda, los clubes, pues obviamente no van a poner más de su parte sin ayuda”, continúa.
A sus veintitrés años, José Iván ha pasado por clubes como el Atlético Velilla y el Unión Adarve en su etapa senior, y otros como el Alcalá de Henares o el Boadilla del Monte, como juvenil. Cree que se debería “ayudar más al fútbol modesto”, y explica que son muchos los que decide abandonar España.
“Gente de segunda que se va a jugar a otros países a Primera, a Austria, a Australia, a un montón de sitios, a Arabia Saudí… O sea que si hay nivel aquí, no sé por qué no lo cuidamos más”, añade.
«Si tienes la oportunidad de irte, vete»
Iván reconoce haber tenido la posibilidad ya en el instituto de irse a jugar y estudiar al extranjero con varios compañeros. Las becas de la Asociación Nacional de Atletas Colegiados de Estados Unidos, la NCAA, ayudan a jugadores menores de veintitrés años que jueguen entre Segunda B y Preferente. Una beca completa paga absolutamente todos los gastos que tenga el deportista: matrícula, tasas, residencia, material deportivo o el seguro médico.
“Hablamos de 40.000 eurazos o más. Allí va por divisiones. No es como aquí que las ligas de la Universidad son de muy poco nivel, pero allí tienen… creo que son tres divisiones, una para la gente que está para entrar en una carrera, y luego la división uno y división dos. Y ellos están en las divisiones, en las buenas. Además, allí compiten a nivel y viajan por todo Estados Unidos jugando”, destaca.
Competiciones oficiales, viajes, tutores académicos en caso de necesitar ayuda con las clases, medicina deportiva, fisioterapia… Además, compitiendo en ligas universitarias a nivel profesional.
En España, los equipos universitarios pertenecen a las categorías más bajas, las regionales, supervisadas por las federaciones de cada Comunidad Autónoma y no por la central, siendo definidas como divisiones de fútbol de nivel aficionado, sin sueldo ni ayudas para material o desplazamientos por parte del propio equipo o la federación, algo que debería ser indispensable.
La situación en España
La Real Federación Española de Fútbol, con Luis Rubiales al frente desde 2018, ha logrado dar un impulso económico a los clubes entre Preferente y Segunda B, con el programa Impulso Veintitrés para el periodo de 2019 a 2023, con el que los clubes recibirán una ayuda de casi treinta y un millones de euros por temporada. Aun así, la taquilla, los patrocinios locales, la tienda física, y los derechos de televisivos con ‘Footers’ y televisiones autonómicas, son las principales fuentes de ingreso para estos equipos.
Según los datos facilitados por la Federación a los más de cuarenta equipos que forman estas categorías, los ingresos por patrocinio subirán un treinta por ciento más en los próximos años, con ayudas para desplazamientos y para material deportivo.
En competiciones teóricamente menores como en el caso de la India, donde hay treinta y siete jugadores españoles, o en la liga de Chipre, con veintinueve futbolistas nacionales, la media salarial supera los cien mil euros anuales. Entonces ¿por qué un jugador menor de veinticinco años se habría de quedar en el fútbol modesto español, cuando puede vivir del deporte en otro?
La Segunda B y la Tercera División consiguen cifras comparables en asistencia en los estadios, a las que tienen en la tercera inglesa o la 3.Bundesliga alemana, pero con una clara diferencia salarial y de visibilidad.
Mientras Sky Sports televisa en directo la tercera división inglesa para diferentes países o Magenta Sport hace lo propio con la 3.Bundesliga, en España son las televisiones autonómicas o regionales las que se encargan de dar visibilidad a estas competiciones. Todo apunta, a que el fútbol modesto en España seguirá siendo algo secundario, demostrando que para los que mandan este fútbol no existe.