Estadio del Union Berlin durante su fiesta navideña de 2011 | Fuente: Der Robert / Creative Commons Attribution 2.0 Generic license
Estadio del Union Berlin durante su fiesta navideña de 2011 | Fuente: Der Robert / Creative Commons Attribution 2.0 Generic license
CARLOS RODRÍGUEZ LÓPEZ

@Carlosrlop

El Stadion An der Alten Försterei de Berlín es un estadio singular. No celebra muchas victorias de su equipo, el Union Berlin, pero su afición nunca falla. Inlcuso cuando saben que no van a ver ningún partido, sus aficionados sienten la llamada de un lugar que ya parece su casa.

Un cuento de Navidad

En diciembre de 2003, un aficionado del Union propuso en un foro de aficionados del equipo acudir al estadio a cantar villancicos en amor y compañía. Al más puro estilo Project X, la realidad superó todas las expectativas.

“EisernTorsten” —nombre de usuario del promotor de esta atípica reunión— había tenido una idea que cambiaría al Union para siempre. El 23 de diciembre, día en el que había emplazado a los aficionados a ir al estadio a cantar villancicos, descubrió que más de 80 personas habían aceptado su invitación.

Todo un éxito de participación para una iniciativa propuesta a través de un foro en una época en la que Internet no era ni la sombra de  lo que es hoy, toda una hazaña que se convertía en la semilla de algo mucho más grande.

Aquella idea podría haberse quedado en nada, pero el amor de los seguidores del Union Berlin a sus colores y su filosofía de entender el fútbol como algo que trasciende de lo deportivo, hicieron posible que el Weihnachtssingen —nombre con el que se conoce esta celebración— sea ya una cita ineludible en el calendario de cualquiera de sus aficionados.

Por increíble que pueda parecer, aquellos 80 y pico aficionados del 2003 se convirtieron en 27.500 en la de 2018. Tan arraigada está la celebración que incluso hay que solicitar una entrada con antelación para poder acudir. Y es que desde aquel 23 de diciembre de 2003, la Navidad en Berlin se celebra durante 90 minutos y en un estadio, pero cantando villancicos en vez de viendo fútbol.

Mi estadio, mi casa

No contentos con dar la nota cada mes de diciembre, desde el Union Berlin quisieron volver a ser pioneros con una nueva celebración en su estadio. Esta vez no hubo sitio para la música, pero sí para los sofás.

En verano de 2014, los miembros de la directiva pensaron que sería buena idea que todos sus fans pudieran seguir los partidos de la selección alemana en el Mundial desde su estadio. Lejos de colocar unas cuantas pantallas grandes en el centro del campo para que los aficionados tuvieran visión desde cualquier parte de la grada, solo colocaron una pantalla en uno de los fondos del Stadion An der Alten Försterei.

Para que todos tuvieran una buena visión de los partidos, pensaron que no había nada mejor que permitirles llevar su propio mobiliario. Así, hasta 850 sofás fueron transportados por los propios aficionados desde su sala de estar hasta el césped de su estadio.

Cuando el partido terminaba, el sofá permanecía cubierto por un plástico hasta el siguiente enfrentamiento de la Mannschaft. El Stadion An der Alten Försterei  se convirtió en una enorme sala de estar, a la que no le faltaba detalle. Así es el Union Berlin, todo por y para sus fans.

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