
CARLOS RODRÍGUEZ LÓPEZ
Joaquín Sabina y Cecilio G acaban de sacar una colaboración. En realidad no. Pero, si lo hacen, lo leyeron aquí primero. Si llega el día, agradézcanselo al CCP Látigo, el primer equipo de fútbol que funciona como colectivo creativo en España. También el primero vinculado a la calle. A su cultura, a sus referentes y, sobre todo, al streetwear.
En 2002 la moda no formaba parte de las preocupaciones del universo fútbol (al menos no de forma manifiesta). Ese mismo año, el barrio madrileño de Herrera Oria celebraba el nacimiento de un nuevo club, el Club Ciudad de los Periodistas (CCP). Nacho Asensio ingresó en el CCP con 11 años. Con 16 pasó al equipo sénior, conformado por el que hasta entonces había sido su entrenador y sus amigos. Pronto cambiaron las tornas: “Cuando cumplí 22, el equipo había pasado de ser mi entrenador, sus amigos y yo, a mis amigos, mi entrenador y yo. Poco a poco lo fui adaptando, y en una de esas de incorporar a mis colegas entró Pablo, al que conocí en la universidad estudiando teleco”
La llegada de Pablo Alzaga, actualmente uno de los fotógrafos de moda referentes en España, fue clave para que el club se convirtiese en lo que es hoy. “Veíamos que existía un concepto de clubes tipo Velasca, Le Ballon, Calcetto Eleganza… que funcionan como colectivos creativos en torno a los que luego surgen más cosas, y que en Madrid no existían proyectos similares. En Barcelona sí que había alguno, pero ha quedado todo muy en la superficie. Así que decidimos darle ese cambio al equipo” recuerda Alzaga.
El cambio consistía en hacer del club un colectivo creativo donde la calle fuese la principal seña de identidad. El primer paso fue renombrarlo como CCP Látigo en 2018, después de que Pablo, miembro del staff de la conocida marca de moda madrileña, convenciese a sus compañeros: “Yo llevo haciendo fotos con Látigo desde 2015, y a la hora de usar un partner que nos pudiese ayudar a lanzar el proyecto, me parecía positivo alguien que tuviera un background en el fútbol o en esta cultura de jerseys y customización. A algunos ni siquiera les gusta el fútbol, pero sí que han cogido esos códigos de ‘Látigo familia’, equipo, unidad… y entonces eso ha estado muy presente en los procesos creativos. Para nosotros el proyecto tiene mucha más fuerza porque está todo muy justificado, no hay nada que nos hayamos sacado de la manga”.
Su estrecho vínculo con el streetwear los hace únicos en España. Su juego, excepción en el mundo: son el primer proyecto de esta naturaleza que practica fútbol sala. Ciertamente, no debería ser tan raro: ¿Hay algo más callejero que las pistas de futsal? Sin embargo, tal y como reconoce Nacho, la elección de esta disciplina estuvo motivada por cuestiones más prácticas: “Eso es más culpa mía. De hecho, este no es mi único equipo. He jugado y juego en algunos de futbol 7 y siempre estuvo ahí la idea de hacer un equipo de fútbol 7 u 11. Pero no, a mí me gusta el sala. Luego, parecerá una tontería, pero encontrar gente para jugar es más complicado. Además, que seamos pocos también favorece a que nos llevemos tan bien”.
Take the ball, pass the beer
¿Qué hay que hacer para jugar en el CCP Látigo? En primer lugar, dar una patada al balón. Aquí el fútbol no es la excusa, es el motivo. Cumplido ese requisito toca convencer al ‘capi’ en el tercer tiempo: “La segunda condición es hacerlo bien en el postpartido. Yo soy muy fácil. A mí me invitas a un par de botellines y ya está, tampoco necesito mucho” reconoce Nacho.
La inquietud cultural y el gusto por la estética y las referencias callejeras son el mejor aval para ingresar en el equipo. Una vez dentro, todos fluyen en una misma dirección gracias a los famosos botellines: “Nos gusta pensar que hay una cultura de club como de que quien juega en el CCP tiene una forma común de relacionarse y de ver la vida. Y es muy guay ver cómo la gente que ha ido entrando en los últimos años se ha ido adaptando a esos códigos” apunta Pablo.

Esta es la temporada del ‘All in’ por parte del CCP Látigo. Han debutado en rrss con el plan de construir algo grande tras haber conquistado a Adidas, su nuevo sponsor. El primer objetivo es hacer crecer la comunidad. En paralelo quieren recuperar la inversión inicial de los fundadores, algo que esperan poder hacer vendiendo merchandising con el apoyo de la marca alemana, que parece haber visto un filón. De momento, tendremos que esperar para hacernos con una de sus camisetas.
En tres años no les ha ido nada mal. A este paso, pronto necesitarán un himno. Nacho, único atlético de la plantilla, apuesta por Sabina, y Pablo… Pablo pone la guinda: “Un dueto Sabina-Cecilio G podría quedar muy bien. Más calle que esos dos no se me ocurre nada [risas]”.
Que así sea.