DIEGO TOMÉ CAMOIRA
Mercado, agentes, deuda, burbuja económica y límite salarial. Son algunos de los términos económicos que todo aficionado al fútbol ha escuchado en alguna ocasión y que, en mayor o menor medida, todos hemos utilizado en algún momento, sobre todo, cuando se convierten en tema de conversación en los medios cada mercado estival de fichajes.
El límite salarial fue una medida impulsada por Javier Tebas a su llegada a la presidencia de la Liga de Fútbol Profesional en el año 2013, tras suceder en el cargo a José Luis Astiazarán. Una de las medidas que auparon al siempre controvertido presidente de la LFP a su actual puesto fue la de poner límites económicos a las Sociedades Anónimas Deportivas que se habían endeudado sobremanera desde comienzos de siglo, dando lugar a numerosas desapariciones y/o descensos administrativos conocidos por todos.
De esta manera, y siguiendo el modelo de negocio de las franquicias NBA, la LFP decidió incorporar un límite o tope salarial a modo de control y auditoría económica sobre los clubes del fútbol profesional.
¿Una sencilla fórmula?
La sencilla fórmula a la hora de calcular el tope salarial no es otra que restar todos los gastos -incluyendo amortizaciones en infraestructuras, fútbol base etcétera- que tenga el club al total de ingresos que espere recaudar en esa misma temporada. A partir del mes de abril, los clubes envían a la Liga de Fútbol Profesional una propuesta de límite salarial en base a los ingresos y gastos previstos, la cual se puede modificar en caso de traspasos de futbolistas, ampliaciones de capital o ingresos que, a priori, no estaban previstos en el momento de realizar la propuesta inicial.
Esta propuesta de límite salarial es auditada por el órgano competente de la LFP, dando lugar, en el momento del cierre de mercado, al límite salarial que el club tendrá para esa misma temporada.
El modelo de negocio nace imitando -con ciertas modificaciones- el límite salarial existente en la NBA, aunque, pese a estar, como decimos, inspirado en el tope establecido por la mayor liga de baloncesto del mundo, y uno de los mayores espectáculos deportivos a nivel global, las diferencias entre ambos, son palpables. En primer lugar, en el caso que nos atañe estamos hablando de clubes cuya forma jurídica es la de Sociedad Anónima Deportiva, en oposición a las franquicias propias de la NBA. Además de ello, las diferencias en el sistema de traspasos o los derechos televisivos provocan que, en esencia, el modelo de negocio norteamericano -en términos prácticos- sirviese únicamente como inspiración para la LFP.
Un caso peculiar en Europa
Igual de conocido -o incluso más- que el tope salarial de la LFP, es el denominado Fair Play financiero de la UEFA. El organismo encargado de dirigir el fútbol en Europa impulsó esta medida con el fin de hacer más equitativo el reparto entre ingresos y gastos por fichajes y transferencias de futbolistas en el viejo continente.
No obstante, se trata de una medida que afecta a aquellos clubes que disputan competición europea a través de la cual se pretende que ningún club incurra en deudas con jugadores, agentes o entidades de cualquier tipo, pero como dice la propia UEFA en el artículo que rige este “juego limpio”, con muchas limitaciones, no pudiendo entrometerse sobremanera en las normas que cada competición local adopte para sí.
“Los clubes clasificados para disputar competiciones UEFA deben demostrar que no tienen deudas pendientes con otros clubes, con sus jugadores o con las autoridades tributarias.”
Más allá de ello, en ninguna de las grandes ligas europeas existe un mecanismo de control como el límite salarial puesto en marcha por la LFP.
De Okazaki a Kagawa
El pasado 4 de septiembre, tras el cierre del mercado de fichajes, Michu, actual director deportivo del Real Oviedo, salió en rueda de prensa a hacer un balance del mercado de fichajes en el plano de la planificación deportiva del conjunto ovetense.
«El tema de las inscripciones en otros años se aceptaba un documento que este año no se aceptó en LaLiga. Los que tenían contrato en vigor están automáticamente inscritos, y ahí no podíamos decidir. El tope está más o menos cubierto»
Michu explicaba de esta manera cómo La Liga, tras haber auditado las cuentas del club, había decidido que aquellos futbolistas con contrato en vigor computaban en el límite salarial para el nuevo año, desestimando un documento enviado por la entidad y teniendo que inscribir para la actual temporada a todos aquellos futbolistas que la pasada temporada habían firmado un contrato de más de una campaña con el Oviedo.
🔵 Así explica Michu, secretario técnico del Real Oviedo, el funcionamiento del Límite Salarial en España
🎥 No tiene desperdicio pic.twitter.com/UHbFfqMkzx
— Radio MARCA (@RadioMARCA) September 4, 2019
A priori, calcular el límite salarial se trata de una sencilla diferencia entre los ingresos y los gastos previstos. No obstante, y como explica de esta manera el propio Miguel Pérez, para la Liga de Fútbol Profesional existen otra serie de factores a tener en cuenta, como el anterior contrato de un jugador, el cual, en caso de ser mucho mayor que el actual, computará de forma mucho mayor en el tope salarial.
Precisamente, este es el motivo por el cual Okazaki, tras ser fichado por el Málaga a principios de verano, tuvo que rescindir su contrato con la entidad malacitana a pocos días del cierre de mercado.
No ocurrió lo mismo con el fichaje de Shinji Kagawa por el Real Zaragoza. El futbolista japonés, procedente del Borussia Dortmund, fichó por el club maño con una ficha cifrada alrededor de los 400.000 euros, cuantía notablemente inferior a su salario en el club germano. Pese a ello, la LFP aceptó la operación en un club cuya deuda actual asciende a más del 400% respecto a los ingresos del club. Todo ello, generó una gran controversia entre la opinión pública y los distintos criterios utilizados por la LFP a la hora de configurar el límite salarial.
El dinero saudí
Otra de las noticias del verano en el ámbito financiero de los clubes españoles viene dada por la compra de un gran paquete accionarial de la Unión Deportiva Almería a manos de un hombre de confianza del príncipe saudí. Esta adquisición ha llevado a que el club almeriense pase a estar administrado por el capital saudí, lo que ha provocado que, tras una importante ampliación de capital, el Almería haya aumentado su límite salarial hasta convertirse en el tercer mayor presupuesto de la Segunda División.
Sin embargo, y en relación con el límite salarial del Almería para la nueva temporada, no todo el dinero destinado para la ampliación, podrá ser utilizado en esta misma campaña. El 65% de los ingresos computarán en la actual temporada, mientras que el dinero restante computará en la 2020-2021.
Una sencilla operación en el plano teórico que, sin valorar la diferencia entre los ingresos de uno u otro club por derechos televisivos, parece que, en la práctica no resulta igual de equitativa para unos u otros equipos. La única certeza es que todos aquellos clubes pertenecientes a la LFP aprobaron -de manera unánime- el establecimiento de un límite salarial que, desde el año 2013, trata de controlar la deuda entre los clubes del fútbol profesional español.