Carlos Tévez (left) in action for West Ham in a match against Arsenal | Fuente: wonker from London, United Kingdom / Creative Commons Attribution-Share Alike 2.0
Carlos Tévez (left) in action for West Ham in a match against Arsenal | Fuente: wonker from London, United Kingdom / Creative Commons Attribution-Share Alike 2.0
CARLOS RODRÍGUEZ LÓPEZ

@Carlosrlop

La mitad rojiblanca de Sheffield se tiño de gris el 13 de mayo de 2007. El Sheffield United acababa de descender. Se conocía el destino, la segunda división, y también al verdugo, Carlos Tévez.

El último descenso a First Division del Sheffield United comenzó a escribirse el 31 de agosto de 2006. Ese era el día que cerraba el mercado de fichajes, y fue la fecha en la que el West Ham cerró dos contrataciones bomba, las de Javier Mascherano y Carlos Tévez. Ambos procedentes de Corinthians. Ambos diamantes por pulir. Ambos con un aura de misterio en torno a sus contrataciones.

En el momento de los traspasos el Corinthians era propiedad de la empresa MSI. Hasta ahí, todo normal, un multimillonario ve a un club endeudado como una buena opción para hacer negocio y la ejecuta.

Una vez cerrado el acuerdo con Corinthians, se había abierto otra vía de negocio para Kia Joorabchian —el dueño de MSI—, los futbolistas. Fue entonces cuando decidió adueñarse también de parte de sus derechos federativos. De esa forma, el club se ahorraba parte de los salarios y él se garantizaba un porcentaje de posibles futuras ventas, como las de Tévez y Mascherano.

La Premier permitía por entonces que parte de los derechos de un jugador que aterrizaba en Inglaterra perteneciesen a terceros, el llamado TPO (third party ownership), aunque con excepciones. Una de ellas, que ese tercer implicado no influyera materialmente en la transacción, algo que sí sucedió en los fichajes de los argentinos. Al menos, eso es lo que sentenció la Premier el 27 de abril cuando anunció que el club londinense había incumplido dos de las reglas que regían las contrataciones en la competición:

Regla B13: “En todos los asuntos y transacciones relacionados con la liga, cada club se comportará con los demás clubes y con la liga con la máxima buena fe”.

Regla U18: “Ningún club cerrará un contrato que permita a cualquier otra parte de ese contrato poseer la capacidad de influir materialmente en sus políticas o en el desempeño de sus equipos en partidos de liga o en cualquier (otra) competición”

La multa fue únicamente económica: 5.5 millones de libras. En un primer momento también se decretó la rescisión inmediata del contrato de Tévez en la Premier (Mascherano había cambiado su situación contractual al fichar por el Liverpool en enero), pero finalmente no se le aplicó ningún castigo y pudo jugar las jornadas decisivas.

El indulto sentó mal en Bramall Lane, pues el West Ham era rival directo del Sheffield United por la permanencia y Tévez estaba siendo decisivo para las opciones de salvación hammer.

El 13 de mayo, el conjunto de Yorkshire dependía de sí mismo para salvarse. Una victoria en casa ante el Wigan Athletic aseguraba la permanencia, independientemente de lo que hiciese el West Ham. Incluso perdiendo, se mantendrían si los capitalinos no vencían al Manchester United, vigente campeón.

Viendo como ha comenzado, supondrás como acabó esta historia. El Sheffield perdió contra el Wigan (1-2) y el West Ham ganó por la mínima en Old Trafford … con gol de Carlos Tévez.

La herida sigue abierta

Para los aficionados del Sheffield United aquello no fue solo un descenso —ya de por sí doloroso—, sino que abrió una puerta hacía una travesía en el desierto que demoraría 12 años su regreso a la Premier.  Y los seguidores del West Ham lo saben. Por eso, cuando volvieron a Bramall Lane en enero de 2020 quisieron hacer sangre luciendo caretas de Carlos Tévez. Habían pasado trece años, pero la herida seguía abierta.

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