DIEGO TOMÉ CAMOIRA
¿Creían que lo habían visto todo? Pues bien, al tiempo que la directiva de la Deportiva llegaba a un punto de ‘no retorno’ con las nóminas de los jugadores, reduciendo sus contratos a la mitad y declarando cada uno de los encuentros restantes como local de ‘ayuda al club’, se iniciaron una serie de medidas cuanto menos, pragmáticas, a la hora de recaudar dinero. Los Sexy Boys y un vino de Guinness acabarían por salvar al conjunto blanquiazul.
Si están pensando en pulseras solidarias se equivocan, la primera de las propuestas puso no sólo a la ciudad de Ponferrada en pie, sino que, quizá por primera vez en su historia de forma masiva, el nombre de la Deportiva tuvo su eco a lo largo y ancho del territorio. Estamos hablando de la iniciativa de los Sexy Boys, un acto exclusivo para mujeres celebrado en la discoteca Temple de Ponferrada y cuya recaudación iría íntegramente destinada para la Sociedad Deportiva Ponferradina, en uno de esos actos que, cuanto menos, posibilitaron que la situación de la escuadra berciana fuera conocida más allá de la comarca.
Llegan los ‘Sexy Boys’ a la ciudad
Lo que pasó luego fue un disloque. Interviú sacó las imágenes por toda España y parecía que Ponferrada era Sodoma. Espectáculos como aquel se ven ahora cada fin de semana y nadie dice nada. La vergüenza fue tener que llegar a eso y no la fiesta en sí misma”
Así se presentaba el acto años después, concretamente en el libro ‘Adelante y Arriba’ obra conmemorativa de la historia de la Sociedad Deportiva Ponferradina con motivo de su ascenso a Segunda División A en el año 2006.
Obviamente, y por si alguno no se había percatado de lo que escondía aquel acto exclusivo para mujeres, se trataba de un striptease a cargo de los Sexy Boys. No obstante, lo que llamó la atención de la prensa nacional, en este caso, del extinto semanario Interviú en particular, fue que se tratase de la directiva de un club de fútbol quien se encargase de la realización de dicho acto.
María Luisa y Carmen fueron dos de esas supervivientes a las que aludíamos en la grada del José Rico Pérez de Alicante. Las mismas María Luisa y Carmen que formaban parte de la directiva del club en el año 1994, y no sólo eso, sino que fueron las propulsoras, en primera persona, de celebrar dicho acto en la discoteca Temple.
Lo que hoy día podría pasar sin pena ni gloria a los ojos de la opinión pública, debe entenderse en el contexto de hace 25 años, con una sociedad netamente patriarcal y con la influencia de la política de Manuel Fraga sobrevolando como un misil en un área de influencia gallega como El Bierzo. Es decir, de esta manera se entiende que medios de tirada nacional como Interviú o El País, en su edición dominical, dedicasen parte de sus páginas a hacerse eco del show.
«A las mujeres hay que darles alegrías y en época de crisis, más», relataba Carmen Rodríguez, una de las directivas implicadas. Un lema como ‘Atrévete, mujer’, el cual podría tener plena vigencia en la actualidad, se volvió rompedor en aquel momento, y más cuando todas las cuñas radiofónicas locales lo repetían sin cesar.
“De no ser por Carmen y María Luisa, la Deportiva hubiese desaparecido. Estoy seguro”. Así de firme se muestra Carlos. M, un veterano aficionado de la Ponferradina que declara que la iniciativa de los Sexy Boys fue el momento clave para cambiar el sino del conjunto blanquiazul. “Se hizo un desfile en la antigua discoteca Delfos y fue un auténtico desastre, estábamos 7 y las novias de los jugadores. Se habilitó un stand en el antiguo Carrefour para vender bolígrafos, mecheros… El poco merchandising que tenían en la época y estaba siempre vacío, hasta que llegó la iniciativa de los boys y llamó la atención de los medios de comunicación”, remarca el propio Carlos. M.
Sin embargo, el eco que tuvo el acto en Ponferrada fue notable, y las críticas sobre Carmen y María Luisa no parecían arreciar. Todo ello, unido a la repercusión generada por las cámaras de televisión que esperaban a la salida de las mujeres presentes en la discoteca Temple, provocó algún disgusto a alguna pareja berciana. El club ingresó poco más de un millón de pesetas tras el acto, lo que, en términos económicos, servía de muy poco para la resurrección de la Ponfe.
Tamaña contradicción la que surgiría tras la celebración del striptease. El mismo debate que dividió a la sociedad berciana de la época acabó por hacer que el caso de la Ponferradina fuese conocido en toda España e incluso, muchos de los que habían dado la espalda al club en la propia comarca, reconocieron la magnitud del problema y comenzaron a colaborar. El espacio dirigido por Nieves Herrero en Antena 3, ‘Cita con la vida’, dio voz a las protagonistas del acto, y, al tiempo que las críticas hacia Carmen y María Luisa resonaban, abrió definitivamente la puerta a los actos que tendrían lugar en cuestión de dos meses. “Lo del vino fue lo que aportó el dinero, pero sin Carmen y María Luisa dando a conocer la situación no habría sido posible todo lo que vino después”, nos comenta Carlos. M.
El Ejército de salvación de la Deportiva
Muchos de los allí presentes no conocerían a Dante y sus nueve círculos del Infierno. Incluso algunos no habrían oído hablar de ‘La Divina Comedia’ en el peor de los casos, pero, desde luego, la situación de la Deportiva a mediados de 1994 esperando a las puertas del infierno podría perfectamente ser el guion de alguna de las obras del autor renacentista italiano.
El club había solicitado al ayuntamiento una subvención extraordinaria por valor de 20 millones de pesetas para hacer frente a la crisis. La respuesta del gobierno municipal fue negativa. La corporación presidida por Celso López Gavela se enfrentó de manera frontal a Delfrido Pérez Vales y la Deportiva, declarando que el ayuntamiento de Ponferrada no proporcionaría ningún tipo de apoyo económico.
A la desesperada, Carmen y María Luisa volverían a ser protagonistas saliendo a la calle pidiendo dinero para el club, pero, al igual que en el caso de los Sexy Boys, la iniciativa no tendría demasiado éxito. Apenas consiguieron recaudar 2.000 pesetas en dos días y las empresas bercianas les cerraban las puertas, tan sólo Aupsa con 25.000 pesetas y Construcciones Poncelas con 20.000 aportarían su granito de arena.
Al mismo tiempo, se conformaba una junta gestora tras la marcha de Delfrido con Saturnino Mariñas a la cabeza. A su lado estarían, el entonces líder del Partido de El Bierzo, Tarsicio Carballo, además de Pedro Gómez, Manuel Corral, Carlos Romasanta, Matías Fernández, Lisardo Rodríguez, Juan Miranda, Juan Fran, David Soto, Antonio Galarraga, Domiciano Ramos y, como no podía ser de otra manera, Carmen y María Luisa.
Tras errar en su intento de convencer al ayuntamiento para donar los 20 millones de pesetas negados previamente a la anterior directiva, el grupo gestor se disuelve, quedando apenas la mitad de sus miembros. En este momento, el arquitecto coruñés afincado en Ponferrada, Martín Pérez Fernández, decide tomar las riendas de lo que los medios no dudaron en denominar ‘El Ejército de salvación de la Deportiva’.
A la desesperada, el club berciano abrió una cuenta destinada a que cualquiera aportase su donativo, lo que propició que buena parte de la afición blanquiazul no dudase en organizar sus propias iniciativas. “Recuerdo que el club había abierto una cuenta para que la afición donase y desde el Frente Norte decidimos juntarnos con motivo del España-Italia del Mundial 94, el del codazo de Tassotti a Luis Enrique”, explica uno de los miembros de esta peña.
El acto consistió en alquilar el sótano de uno de los locales de moda de la ciudad, comprando bebidas y diferentes aperitivos para, con todos los beneficios obtenidos, donarlos de forma íntegra a la cuenta habilitada por la gestora. “Empezamos siendo 10, y acabamos allí dentro cerca de 200 personas. En total sacamos cerca de 90.000 pesetas para el club, que en aquella época era una suma de dinero bastante elevada”, afirma el citado miembro.
Pese a ello, las cifras que se movían no eran para nada halagüeñas, y la junta gestora necesitaba 15 millones en un plazo de 15 días para salvar a la escuadra blanquiazul de la quema.
La salvación de la Sociedad Deportiva Ponferradina se ha convertido en una desenfrenada carrera contra el reloj, al más puro estilo del campeonísimo Miguel Indurain. El nuevo hombre fuerte de la gestora, tras la dimisión de Tarsicio Carballo, es Martín Pérez Fernández, un arquitecto que ha encontrado en la Ponferradina un edificio en ruina que debe remodelar. Su mayor problema es que le dan 15 días y desconoce hasta el presupuesto de la obra. A su favor cuenta con que el edificio forma parte del conjunto histórico-artístico y tendrá el apoyo de sus conciudadanos”
Así, de una forma casi poética, anunciaba el Diario de León, en su edición del 15 de julio, el dinero que necesitaba la junta gestora en lo que parecía una situación casi insalvable.
Un vino de Récord Guinness
Con todos los medios de comunicación de la comarca y la provincia haciéndose eco de la situación que vivía la Sociedad Deportiva Ponferradina, la junta gestora centró sus esfuerzos en cuatro líneas de actuación muy claras. Los colectivos con los que Martín Pérez centraría sus esfuerzos a la hora de buscar apoyos económicos serían las instituciones, el tejido empresarial berciano, los comerciantes y los propios aficionados.
Entre las instituciones, la situación se tornó en debate entre los órganos de gobierno municipal, ya que los diferentes grupos con representación tenían muy diferentes posturas en torno a las tomas de decisión para con la Deportiva. Mientras el gobierno municipal del PSOE había ratificado -como decimos- su decisión de no aportar ningún tipo de ayuda económica a la causa, el Partido Popular insistía en ceder 3’5 millones de pesetas, de los 15 necesarios para la supervivencia, a las arcas del conjunto berciano. Por su parte, Tarsicio Carballo, quien dirigiese la anterior junta gestora del club, acusaba a los populares de oportunistas.
Las demandas de los jugadores a causa de los impagos presagiaban que el 29 de julio la Deportiva sería equipo de Regional Preferente, y, cuando menos esperanzas había, apareció el vino en escena. Lisardo Rodríguez, miembro de la gestora del club, puso encima de la mesa una propuesta que, como la mayor parte de las que surgían en aquel momento era, cuanto menos, peculiar. Lisardo pensaba que traer un Récord Guinness a Ponferrada conseguiría la suficiente atención mediática y apoyo que la Ponferradina necesitaba para su renacimiento. Así, surgió la idea de colocar unas 8.000 botellas de vino en la céntrica Avenida España de la localidad de tal manera que, al acabar de situarlas, conformasen las siglas S.D Ponferradina.
En ese lugar y a las ocho de la mañana del día 22 de julio de 1994 se empezaron a colocar los primeros envases. Gracias a la participación de un arquitecto como Martín Pérez, la osadía era más sencilla. El entrar en el libro Guinness, tampoco constituiría mayor problema, al ser la primera ocasión en la que se realizaba una iniciativa así a nivel mundial. Pero precisamente eso, el ser pioneros y originales en las formas de recaudar dinero, llamó la atención de propios y extraños.
La iniciativa no pudo tener mayor calado, y la afición berciana respondió de la mejor de las maneras. Tras colocar todos los envases de vino, la Deportiva vendió las 10.000 botellas adquiridas a Vinos del Bierzo, la cooperativa cacabelense encargada de producir dicho brebaje para la Deportiva. Cada botella se compraba por 100 pesetas y se vendía a 500, por lo que si todas tenían comprador podrían ingresarse unos 3 millones de pesetas. En realidad, se obtuvieron 5 millones y se acabó adeudando un millón de pesetas a la cooperativa.
El acto sirvió para que otro de los estamentos en los que Martín Pérez había fijado su línea de actuación, los empresarios y personalidades bercianas, tomasen conciencia de la situación a la que se veía abocada la Ponfe. Supermercados Cenco, cadena de alimentación berciana hoy desaparecida, adquirió las 6.000 botellas de vino que faltaban por vender. Victorino Redondo, jefe de marketing de la empresa, explicaba los motivos que llevaron a dicha compra de la siguiente manera. “En primer lugar, porque Cenco se trata de una empresa íntegramente berciana, en segundo lugar, porque todo lo que suceda en esta comarca afecta a la empresa, y ahora no podía quedar al margen de la dramática situación que atraviesa la Ponferradina, y, por último, por mi abuelo, Pablo Redondo era un auténtico entusiasta de la Deportiva que no la hubiese dejado caer”.
Además de ello, esa misma jornada, Luis del Olmo donó un millón de pesetas, Suso, dueño del restaurante Azul, compró en su integridad la letra P, y el empresario José Luis Ulibarri, dueño de un conglomerado de medios de comunicación en la provincia, hizo lo propio con la letra I.
Los aficionados ya habían aportado, y los empresarios se habían lanzado en tromba a apenas 3 días de que la Deportiva sufriese el descenso administrativo a Preferente, sólo faltaba un escollo, el del propio Ayuntamiento. La negativa de López Gavela no hacía presagiar nada bueno. Sin embargo, la alcaldesa en funciones, Yolanda Álvarez, anunció que se destinarían en los presupuestos municipales 4 millones para el club. De haber tenido que seguir los cauces tradicionales, la aportación municipal no habría llegado a tiempo, es decir, antes del 29 de julio. Sin embargo, el entonces presidente de Caja España, Ángel Villalba, realizó las gestiones oportunas para que la entidad adelantara el dinero, comprometiéndose el equipo de gobierno en funciones a devolver la cantidad una vez finalizaran los trámites oportunos.
5 minutos antes de que finalizara el plazo para enviar el dinero a la AFE, el 29 de julio de 1994, finalizaba la etapa más negra, y, al mismo tiempo, una de las más heroicas en la historia del club berciano. Todos los jugadores de aquella plantilla habían cobrado sus nóminas y, en ese mismo instante, pusieron pies en polvorosa. La Ponferradina, con el sempiterno Eulate en el banquillo, empezaría una nueva andadura en Tercera División con un equipo de la casa. Casi todos aquellos futbolistas subían desde el juvenil, como se decía en los mentideros populares, quienes tiraron del carro “lo hacían por el bocadillo”, y los siguientes 5 años en la cuarta categoría del fútbol español constituirían un duro bache para el club berciano.
A partir de ahí, llegaría el tanto de Chispi Vázquez ante el Real Titánico en la temporada 98/99, el gol de Fran, la parada de Mackay o la exhibición de Yuri ante el Tenerife. La Deportiva no volvería a pisar nunca más la Tercera División hasta nuestros días, y, sobre todo, los nombres de Carmen, María Luisa, Lisardo Rodríguez y Martín Pérez sirvieron de caras visibles de todos aquellos héroes anónimos que aportaron su granito de arena para que la Deportiva, tras caer al más hondo de los pozos, haya vivido la etapa más gloriosa de su historia.