
LUCAS MÉNDEZ VEIGA
Fútbol sin líneas laterales. Con reglas que recomiendan no cumplir. Donde las porterías son triangulares. “La imparcialidad no forma parte del código moral del árbitro”, dicen de un torneo que nació entre cuatro amigos con ganas de desconectar de sus trabajos, organizar barbacoas y beberse unas birras. Se ha convertido en un fenómeno imparable, se llama ‘Coppa Pizzeria’.
Unfair play
Imaginen clichés sobre los italianos y la comida. Piensen en el fútbol con las reglas claras que todos saben. El torneo del que hablamos hoy tiene todo eso. Lo defienden pero después nadie lo cumple. Allá por 2011, Berlín era el lugar de trabajo del artista Daniele Sigalot, uno de los creadores. Decidió llamar a su estudio ‘Pizzeria’… por aquello de ser buen italiano y cumplir con el tópico. Pero allí se hacía de todo menos pizzas. Comenzaron entonces las quedadas con otros artistas-amigos a los que, merodeando la Pizzeria, les habían entrado ganas de jugar al fútbol. Cómo no, era la excusa. Lo importante era juntarse, echar unas risas y aprovechar la ocasión para comer y beber todo lo que pudiesen.

Llegados a un punto, surgió la idea de montar un torneo. Lo bautizarían, cómo decíamos,Coppa Pizzeria. La primera edición… digamos que fue ‘en familia’. “Participaron ocho equipos y cinco aficionados”, reza el manifiesto de presentación del torneo. “Esto nació entre los cuatro como excusa. El caso es que, poco a poco, se nos ha ido de las manos. Los cuatro amigos se han convertido en 200 y con ellos se han multiplicado las birras, pero el tono siempre será el mismo”, comenta Sigalot.
Ya de inicio declaran ser un torneo muy poco justo. La clave es que todo esté pactado para después no cumplirlo. “Somos el único torneo en el mundo que se enorgullece de tener un árbitro que se puede comprar. Por nuestra parte todo es transparente porque todo tiene un precio. Y los precios están a la vista”, explica Daniele. Con todo, se afanan en destacar que también son el único torneo en el mundo en el que, después de cada gol, se realiza un test de alcoholemia. Y agárrense fuerte: si no vas perjudicado quedas descalificado. En esta copa se toma en serio solo el hecho de no ser serios. Y lo primero que pretenden ridiculizar es la seriedad con la que se toman el fútbol en Italia. Fuera otro tópico.
Inmediatamente después, deciden reírse de sus profesiones. La seriedad con la que la gente se toma el arte no va con ellos. Aquí, se ridiculiza.

Napoli, capital de la pizza
Después de una década en Berlín llegó la hora de regresar a casa y el propio creador se decidió a ‘abrir’ una nueva ‘Pizzeria’ en Nápoles. “Una vez más, allí se hace de todo menos comida”. El pasado fin de semana se celebró, en plenos Quartieri Spagnoli de la ciudad partenopea, la última edición, la más numerosa, la más colorida, la más alocada. “Ha sido sin duda la más concurrida. 42 equipos formados la mayor parte por artistas, publicistas, creadores, músicos, galeristas, escritores y también con algunas personas serias con trabajos de verdad”, continua el artista.
Todos los equipos deben respetar las reglas no escritas de NO tener dos jugadores de talento en el mismo equipo. El torneo no se basa en la capacidad técnica, sino en un acercamiento al simil darwiniano basado en el instinto de supervivencia. Los árbitros NO tienen nada que ver con la imparcialidad. El fair play no será aplicado, honestamente no sabemos ni cómo se escribe. La corrupción forma parte del juego. Todas las reglas se pueden ignorar. La rima entre Coppa Pizzeria y Democrazia -acentuado en la ‘i’ en italiano- es lo único que ambas tienen en común.
“Una actuación futbolística que ofende al fútbol y a la propia actuación”, rezan las pancartas del torneo. En la segunda imagen, la gloria de los campeones que posan orgullosos con su trozo de pizza | Fuente: Coppa Pizzeria
Los preparativos de cada edición comienzan una vez el pequeño balón deja de rodar. Como si alguna vez eso fuese importante. Al gran día de ¿fútbol? le precederá siempre una gran gala en la Pizzeria, cuartel general. Vestir de etiqueta es rigurosísimo requisito pero, allí, la elegancia se encuentra con la ignorancia. Lo importante en esa jornada será intentar adulterar todo lo posible el torneo posterior. El ambiente será parte fundamental ya que el esférico poco cuenta. Las pancartas, los gritos de guerra y el colorido de las gradas hará el resto. Los aficionados están obligados a no invadir el terreno de juego pero… qué importa, aquí les invitarán a hacerlo.
En la edición de este año estuvo presente una comitiva de la AS Velasca junto a representantes de diversos países. Sin poder evitarlo, esos cuatros amigos han creado un fenómeno internacional. Daneses, chilenos, argentinos, alemanes, checos, mexicanos y también españoles. Si nunca han visto a una persona exultante por haber ganado un trofeo que consista en un trozo de pizza margarita con purpurina y envuelto en resina, este es su torneo.