DAVID FERREIRO PÉREZ
Ahora que tenemos el tema Superliga hasta en la sopa, algo que me temo continuará en los próximos años, parece pertinente recordar que ya existió una idea similar… sobre el asfalto: la Superleague Fórmula. Fueron cuatro temporadas que ahora parecen anecdóticas. Pero entre 2008 y 2011 un total de 23 equipos diferentes compitieron sobre ruedas por llevar su escudo hasta lo más alto del podio.
A pesar de que la idea en un primer momento pudiera tener cierto sentido, juntando dos de las disciplinas que más expectación generan como son el fútbol y el motor, no terminó de cuajar entre los aficionados. Aunque para ser justos, hubiera sido un milagro teniendo en cuenta lo caótico que fue el proyecto en sus últimos años. Terminó siendo un fracaso en cuestión de poco tiempo.
‘Fútbol’ sobre ruedas
Tan loco como suena, fue. Este proyecto se empezó a gestar allá por 2005, pero no sería hasta 2008 cuando se convirtió en una realidad. Los clubes de fútbol aterrizaron sobre los monoplazas en una competición llena de particularidades, como el hecho de que todos los equipos llevaran el mismo coche y motor, lo que la hizo emocionante en un primer momento.
De hecho, y para ser justos, las primeras temporadas de esta nueva competición se podrían catalogar como éxito, lo que hizo aumentar el números de las carreras y de los equipos participantes a lo largo de los años. De esta forma, clubes como el Atlético de Madrid, Sevilla FC, AC Milan o Liverpool disputaron alguna que otra carrera de este experimento deportivo, al que posteriormente se unirían también selecciones como Inglaterra, Países Bajos o Brasil.
La Superleague, un remix alocado
Pero para que fuera una mezcla real entre las disciplinas, se necesita mucho más. Por eso, se imitaron algunos de los formatos competitivos del fútbol para darle un toque más cercano. Por ejemplo, el formato de clasificación, que sustituía las conocidas rondas (Q1, Q2, Q3) por primera fase, cuartos, semifinal y final.
Aunque no solo el nombre cambiaba, si no que también lo hacía el procedimiento. En la Primera Fase, los equipos se dividían en dos grupos, pasando a los cuartos de final los cuatro mejores de cada grupo, algo similar a lo que ocurre en la Champions League.
De la máxima competición de fútbol europeo también imitarían el formato a partir de los cuartos de final en adelante, cuando la clasificación se decidía en duelos directos que enfrentaban a un equipo contra el otro, en lugar de competir todos contra todos. En la final, los dos coches que habían vencido a sus rivales se disputaban la ‘pole position‘.
En cuanto a las carreras, en un primer momento se disputaban dos por circuito con una duración de 45 minutos —la casualidad—, en las que además todos los equipos participantes puntuaban, pudiendo ganar un máximo de 100 puntos por carrera. Para las siguientes ediciones, y de forma esporádica, se añadió la conocida como ‘Superfinal’, que enfrentaba a los cinco mejores pilotos de cada gran premio.
Un final precipitado
Sin embargo, y a pesar de que esta nueva disciplina consiguió buenas cifras durante sus primeros años, en la tercera y cuarta temporada la situación empezó a cambiar, sobre todo tras la salida del director de las tres primeras competiciones.
Las cosas empezaron a ir peor y la organización destacaba por su intermitencia, convirtiéndose en una competición más volátil que dejó de interesar a varios de los equipos, que decidieron retirar su patrocinio. Ya en 2011 se pondría el punto y final a una idea que no terminó de germinar. Y lo haría de una manera poco elegante, suspendiendo la competición tras la disputa de las dos primeras carreras.
A modo de anécdota, conviene recordar el gran papel de los españoles en la competición. Hasta nueve pilotos diferentes llegaron a conducir uno de estos monoplazas, siendo la nacionalidad más repetida junto a la británica. Especialmente destacables fueron las participaciones de la tristemente fallecida María de Villota (Atlético de Madrid), única mujer en la competición, y de Adrián Vallés, que se llevó el entorchado en 2009 defendiendo los colores del Liverpool FC.