El actor Andrew Schofield, en el centro, entre reds y toffees | Fuente: Liverpool Echo
El actor Andrew Schofield, en el centro, entre reds y toffees | Fuente: Liverpool Echo
DIEGO TOMÉ CAMOIRA

@FirstClassSDP

“Hoy no quedan casi nadie de los de antes, y los que hay han cambiado”. No es 20 de abril, pero la primavera tardía aún se puede notar a 5 días de que el esférico eche a rodar en el Estadio Olímpico de Kiev.

Allí, Real Madrid y Liverpool, disputarán la final de la Liga de Campeones con unos precedentes en la máxima competición europea muy diferentes para ambos clubes. Si bien el conjunto adiestrado por Zinedine Zidane disputará su tercera final de Champions consecutiva, los pupilos de Jürgen Klopp, traen consigo una trayectoria bien diferente. Atrás quedaron los años en los que el fútbol inglés era la referencia absoluta en el continente, con un Liverpool que disputará su primera final en 11 años e intentará borrar el recuerdo de aquel encuentro en el que el Milan de Kaká, Seedorf y compañía acabaría saliendo victorioso frente a los reds.

¿Quién es Francis Scully?

En 1984, Channel 4 sacó a la luz una serie de nombre —o más bien apellido— Scully. En ella, se mostraban las penurias de los jóvenes de clase obrera inglesa con el fútbol en primer plano. Estas vivencias, estaban retratadas por su protagonista principal, Francis Scully, quien tras años pasando penurias en un barrio al más puro estilo Dickensiano, al fin encontraba en el balón un refugio a todos sus problemas.

Andrew Schofield en su papel como Francis Scully | Fuente: Youtube
Andrew Schofield en su papel como Francis Scully | Fuente: Youtube

Este refugio no era más que las pruebas para jugar en el primer equipo del Liverpool, el club de sus amores y el lugar donde podría emular las hazañas de Kenny Dalglish —referencia absoluta del Liverpool en la década de los 80— y compañía.

Si The Cavern marcó un hito no sólo en la industria musical, sino en el mundo de la cultura popular británica, Anfield y el Liverpool de la década hacían lo propio, integrándose en el imaginario colectivo inglés como el club por excelencia de la clase trabajadora en las islas. Esto no pasó desapercibido para Alan Bleasdale. El creador de la afamada mini-serie, inspirado en su infancia en la propia ciudad de Liverpool, buscó en el realismo social el denominador común de sus obras, y si hablamos de realidades en la sociedad inglesa, para bien o para mal, el fútbol constituye siempre un elemento determinante.

Desde Stuttgart a Liverpool

Al tiempo que Scully se hacía un nombre en la televisión británica un joven alemán de 17 años llamado Jürgen Klopp, daba sus primeros pasos futbolísticos en el Ergenzigen. De haber nacido en Inglaterra, este joven criado en Stuttgart, hubiera soñado con Francis Scully, antes de tan siquiera imaginar que su futuro profesional estaría ligado a los terrenos de juego, pero no dentro de ellos, sino desde la banda.

No obstante, muchos años antes de darse a conocer al gran público por devolver a un Borussia —que durante más de diez años había vagado sin suerte por el fútbol alemán— al lugar que le correspondía con dos triunfos consecutivos en la Bundesliga (2012 y 2013) y alcanzar la final de la Copa de Europa al año siguiente, Klopp desarrolló su carrera como futbolista profesional en el Mainz 05.

La garra y el coraje que los clubes de Jürgen tienen como seña de identidad, también quedó probada en su etapa dentro de los terrenos de juego. Con la polivalencia por bandera, el joven que bien podría haber sido Francis Scully, disputó 340 partidos con la camiseta del Mainz, variando sus posiciones desde la de delantero al comenzar su carrera, hasta la de central en los años previos a colgar sus botas en el mismo club que le vio debutar en el año 2001.

En el club donde se erigió como one-club man, empezó a dar sus primeros coletazos como entrenador, llevando al Mainz a la Bundesliga y clasificándolos para la Copa de la UEFA en la temporada 2005-06. El resto, es conocido por todos.

Klopp y Scully: vidas paralelas

Una de las pasiones de Jürgen está en el Heavy Metal. Como si de un concierto de Black Sabbath se tratara, los clubes dirigidos por el alemán presentan un ritmo de juego frenético cada vez que saltan al césped. El Liverpool no iba a ser la excepción. Salah, Mané y Firmino hacen de cada jugada una Highway to Hell para las defensas rivales cada vez que el balón cae en sus pies, haciendo de cada contragolpe un riff de guitarra al más puro estilo Paranoid.

Por este motivo, sabemos que Scully hubiera tenido un hueco asegurado en el esquema de Klopp, porque ambos llevan vidas paralelas. Si algo quiso representar con la mini serie, Bleasdale, su creador, es que el fútbol entre la clase obrera de Liverpool, no se movía al ritmo de Lennon y compañía, sino que tenía mucho más que ver con Sid Vicious y su particular “Dios Salve a la Reina”.

No cuesta imaginar a Klopp en el papel de ese Francis loco por vestir la camiseta de los Reds, ni ver a un Scully entrado en años contagiando a Anfield con la misma filosofía que el técnico alemán.

Nadie sabe si en Kiev el resultado acompañará a los ingleses tal y como sucedió en la final de 1981 o los blancos se tomarán la revancha. Lo que sí se puede asegurar, es que las cerca de 20.000 almas inglesas que se den cita el sábado en Kiev, harán que los de Liverpool no caminen solos. Y sin duda, tanto ellos como los 11 jugadores que salten al terreno de juego, lo harán al más puro estilo Rock&Roll. Al más puro estilo Scully.

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