Los orígenes del fútbol allí donde también nació el idioma de Italia: el calcio storico fiorentino | Fuente: Lorenzo Noccioli, CC BY-SA 3.0 <https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0>, via Wikimedia Commons
Los orígenes del fútbol allí donde también nació el idioma de Italia: el calcio storico fiorentino | Fuente: Lorenzo Noccioli, CC BY-SA 3.0 <https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0>, via Wikimedia Commons
LUCAS MÉNDEZ VEIGA

@LMendez8

Cada 24 de junio, el día de San Giovanni Battista, es festividad en todos los barrios de la ciudad del David. Sin embargo, en la majestuosa y bella Florencia hay espacio para un deporte medieval y primitivo del que, dicen, nace el fútbol tal y como lo conocemos. El ‘Calcio storico fiorentino’ es un lío de patadas, puñetazos, cejas abiertas, mandíbulas rotas y… un balón.

Origen griego, divertimento romano

Es sabido que a lo largo de los siglos, el ser humano ha jugado a diferentes deportes de pelota. Para aclarar los orígenes de este calcio, debemos primero viajar hasta Sevilla. Allí nos atiende Enrique Roldán, profesor de Historia del Derecho y un apasionado de Italia. Dos meses por Florencia bastaron para exprimir al máximo y conocer alguno de los entresijos de este deporte. “Fui con intención de hacer una investigación sobre Mussolini y terminé a vueltas con el calcio storico“, nos comenta.

Es en Grecia donde la nombrada como ‘batalla del balón’, la sphairomachia, da origen al juego de pelota fiorentino. Cuando el Imperio Romano absorve la cultura de la Antigua Grecia los legionarios romanos descubren un entretenido juego de pelota con el que mantenerse en forma cuando no están batallando. En Roma lo pasan a denominar harpastum y pronto se extiende como un deporte popular entre los integrantes de los ejércitos de legionarios romanos.

“¿Por qué se siguió jugando el Florencia? La ciudad había sido creada como tierra de jubilación para los legionarios después de sus servicios y son ellos los que deciden seguir practicándolo una vez cae el Imperio. Allí se institucionaliza y se convierte en popular”, dice Enrique.

Todos los extractos sociales de la ciudad toscana pasan a pegarle patadas a un balón como simple divertimento. Se juega en plazas y calles y es algo que aún hoy es visible en dos plazas de la ciudad porque “sigue habiendo carteles esculpidos en piedra por Florencia que recuerdan la prohibición de jugar a la pelota al lado de los templos”.

Sin embargo, será la nobleza quien decida convertir el juego en parte de la cultura popular fiorentina, en una festividad que se asocie a la ciudad. Deciden que se celebre una gran fiesta de este fútbol primigenio aprovechando las festividades de la urbe, por estas fechas de junio.

Los escudos de los cuatro barrios que dividían Florencia en la época medieval y hoy integran los equipos del calcio storico | Fuente: calciostoricofiorentino.it
Los escudos de los cuatro barrios que dividían Florencia en el medievo | Fuente: calciostoricofiorentino.it

Es en el año 1580, cuando el literato y conde Giovanni Maria de Bardi deja escritas las reglas del juego. Estas se basan en la reconstrucción del partido disputado por entonces, en el siglo XVI, y coincidiendo con la invasión de Florencia por parte de las tropas de Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, etapa conocida como el Asedio de Florencia.

Dichas normas de juego son simples. En un terreno de dimensiones similares a las de un campo de fútbol pero cubierto de arena, se disponen los equipos de 27 calcianti —que es como se llama a los jugadores—. Su misión estará clara: introducir la pelota en las redes de 80 centímetros de ancho y dispuestas a cada lado del campo a un metro de altura. Tendrán 50 minutos y el que más veces la introduzca se llevará el encuentro.

La puntuación será de dos tantos —llamados cacce—por cada pelota que introduzcan, pero la historia se complica si se falla el tiro. De este modo, cada balón no introducido en la red contará como medio punto o mezza caccia para el equipo rival.

El mito de su influencia en el fútbol y la relación con la Iglesia

Comenta Roldán que con la invasión de Britannia por parte del Imperio Romano, los legionarios dejaron su impronta con este deporte en las islas. Es aquí donde se empieza a hablar del harpastum como uno de los causantes del deporte rey que conocemos hoy en día, y perfeccionaron u ordenaron los ingleses.

Uno piensa en los orígenes del fútbol y, hasta que no se pusieron de acuerdo alumnos de las universidades, era un descampado donde se pegaban y se daban, cogían la pelota con la mano. Lo que dicen los italianos es que ellos lo llevaron a Inglaterra y ya después allí se popularizó y se dio el paso de ponerle reglas. No hay nada que lo pruebe y a eso se agarran en Italia. En Inglaterra no hay pruebas de cómo nació el juego que hoy llamamos fútbol

De este modo, hay quien dice que el precursor del calcio storico fiorentino, este harpastumsentó las bases, dio la idea, para que los británicos decidiesen organizarse y empezar a patear un esférico.

De lo que sin duda hay pruebas es de la relación de este juego con la Iglesia Católica, muy presente en toda Italia. “Ahora hay acuerdos entre la Iglesia y el Comune —Ayuntamiento— y entendieron que el juego era algo propio de Florencia y que Florencia va de la mano de la Iglesia. Por eso en algunos casos hay conexiones claras entre juego e iglesia”. Es el caso del barrio del Santo Spirito, que juega de blanco. Todo el equipo de calcianti se prepara para la gran cita en gimnasios, donde desarrollan más la parte atlética que la táctica, algo un poco complicado de imaginar si hablamos de fútbol moderno.

Lo curioso viene con la localización de dicha palestra, que se sitúa en el sótano de la Chiesa del Carmine. Bajo techos abovedados del siglo XV, los jugadores que defenderán al barrio en las fiestas del 24 de junio se preparan para la gran cita. “También es una forma de hacer vida de barrio. Los calcianti van gratis porque han conseguido ese acuerdo con la iglesia pero, por ejemplo, si eres del barrio puedes ir a ese gimnasio por un módico precio. Es una forma de afianzar el sentimiento de pertenencia en los barrios fiorentinos”, dice Enrique Roldán.

Una tradición fiorentina a pesar de los cambios

El juego pasó a estar algo denostado durante dos siglos. Estuvo totalmente olvidado hasta que, en los años 30, el jerarca fascista Alessandro Pavolini, bajo órdenes del dictador Mussolini, lo recuperó con motivo del 400 aniversario de aquel asedio de la urbe fiorentina. Desde entonces hasta nuestros días se ha mantenido como una tradición de la cultura popular de la ciudad, como un orgullo y una tradición que rememorar cada año. El juego se dio a conocer en todo el mundo, no sin cambios en su reglamento.

En los años 2000 fue cuando se llevaron a cabo varios cambios. Con el fin de preservar la nobleza del juego, el honor que defienden quienes lo practican se optó por controlar las batallas que libraban unos jugadores contra otros.

Hasta el momento se permitían las peleas multitudinarias pero varios incidentes graves —entre ellos uno que casi le cuesta la vida a un calcianti— llevaron a los organizadores a establecer reglas también para pegarse. “Desde entonces las peleas son uno contra uno. Además, cuando uno cae al suelo, deben quedarse quietos y no se pueden mover hasta que haya una caccia. No se pueden dar patadas por detrás, golpes a la altura del cuello tampoco desde que un jugador casi se muere y si se saca de banda es como en el fútbol, con el balón sujeto con las dos manos y a la altura de la cabeza”, dice Roldán.

También aquí cambian los requisitos —aunque no sean explícitos— para participar. “Antes podías encontrarte gente, digamos, más normal jugando al calcio fiorentino. Gente sin ningún requerimiento físico específico”. Y es que cambió también el modo de jugarlo. En su expansión por Florencia, después de la caída del Imperio Romano se le comienza a llamar coloquialmente como calcio —literalmente patada en italiano— porque los fiorentinos lo practicaban de ese modo.

Desde el 2000, el cambio en la procedencia de los que lo practican hace que se cambie la manera de jugarlo. “Se dice que es uno de los deportes precursores del balompié actual pero si ves los partidos hoy en la plaza de Santa Croce apenas dan una patada al balón“.

Desde que se recupera en los años 30 bajo el mando de Mussolini, llega al calcio storico mucha gente del fútbol, también del rugby, por eso se sigue jugando mucho con los pies. “A partir del 2000, según me cuenta allí el historiador Fabio Artussi, empiezan a practicarlo mucha gente del boxeo y de las artes marciales. Eso hace que cada vez se juegue menos con los pies porque es gente que lo máximo que ha visto es un melón. Prefieren cogerla con las manos”, continúa Enrique.

Eso influye en la condición física, se deja el balón y lo empiezan a jugar gente mucho más musculosa. Hay una línea de jugadores que sí se mantienen más ágiles, los defensores, pero el resto mantienen hoy una constitución física muy marcada, un estilo de juego muy físico.

La plaza fiorentina de Santa Croce hasta los topes para ver calcio fiorentino, justo delante de la basílica donde reposan Dante, Maquiavelo, Galileo o Miguel Ángel | Fuente: G. Monasta, Wikimedia Commons 4.0 Internazionale (CC BY-NC-SA 4.0) y Lucas Méndez

Como tradición de fútbol y muy de Florencia, pensarán, estará ligada a la Fiorentina, el histórico club de fútbol de la Serie A. Pues bien, hasta hace pocos años, el club viola no había hecho mucho caso a este deporte que se practica en una de sus plazas más emblemáticas y del que dicen, bebe el juego que practican sus jugadores en el Artemio Franchi.

“Hasta que sacaron aquellas cuatro equipaciones con los colores de los equipos, hace unos años, la Fiorentina no había hecho ni caso al calcio storico“. Y eso que algunos de los calcianti forman parte de la Curva Fiesole, la más populosa del campo fiorentino, y viven el fútbol como otra de sus grandes pasiones. “Por ejemplo, en mi barrio de allí, el del Santo Spirito, había tres que iban a ver a la Fiore. El más conocido era ‘Supervalerio’ (Fabrizio Valeri) aunque en medio había un tío de la Juve. Y es algo que se repite en todos los equipos, hay tres o cuatro que están ligados a la Fiorentina pero el resto son de otros equipos“, añade.

Es así como viven su deporte en una de las ciudades más sobrecogedoras del mundo. Recorriendo las calles que desfilan entre el Duomo con la cúpula de Brunelleschi, el Baptisterio, la Galeria Uffizi o el Ponte Vecchio no es difícil acabar en la plaza de Santa Croce.

Si uno se da una vuelta por el lugar, cualquier día del año, verá varias estampas particulares. Se trata de un enclave no muy bullicioso en comparación con el resto de lugares turísticos de la ciudad. En él se pueden encontrar grupos de amigos tomando un aperitivo, señores fiorentinos paseando o la estatua de Dante Alighieri siendo asediada por las cámaras de turistas.

Pero no muchos se imaginan que, sobre ese pavimento de piedra destrozado, se libra una de las batallas más históricas de la ciudad de los Médici. La historia del calcio storico habla, inevitablemente, de fútbol y es historia de toda Florencia. 

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‘Roby’ Baggio, fantasista

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